El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha recibido esta mañana la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19. El prelado recibió la primera dosis de Pfizer el pasado 5 de enero, por lo que hoy se cumplían los 21 días que el protocolo exige que pasen entre ambas vacunaciones. De esta manera, se convertirá en el primer obispo inmunizado el próximo 3 de febrero, cuando se cumplirá el ciclo completo de 28 días.
El lunes por la tarde se formó un revuelo mediático en torno a su vacunación. ¿Se había unido el prelado a la ya larga lista de políticos que se han saltado el plan de vacunación? “No me he colado ni he pedido ningún privilegio”, sentenciaba entonces en conversación con Vida Nueva. “Para nada me he querido colar”, remataba.
El mitrado recibió la primera dosis de la vacuna de Pfizer junto a todos los residentes y el personal de la residencia Sant Pere i San Bernat de Palma –en total 30 vacunaciones realizadas por los sanitarios de atención primaria–, que acoge a los sacerdotes enfermos y jubilados. “Formo parte de la unidad sanitaria de la residencia, por eso estaba en el listado de vacunación junto a los residentes y el resto del personal”, explicaba a esta revista despejando toda duda sobre su honorabilidad. Y es que, el prelado ha tenido tan claro que no ha buscado ningún privilegio que él mismo ha contado en varios foros que ya había sido vacunado.
“La residencia ha actuado conforme a los prescrito por las autoridades sanitarias”, mantenía el obispo de 73 años. Y es que “todo el proceso de vacunación que se ha llevado en el centro está protocolizado y yo no he sido una excepción”.
“Simplemente me llamaron, como con otras vacunas, se me pidió si aceptaba vacunarme y dije que sí, porque consideré que no estaba haciendo nada irregular. Es más, estaba convencido de que de esa manera era un ejemplo para los cristianos y para los mayores, tal y como nos ha pedido el Papa”, recalcaba.
La casa sacerdotal es su centro de referencia, de hecho es donde cada año también se vacuna de la gripe. Incluso tiene una habitación allí, pese a que vive en el obispado, ya que él es el máximo responsable de la residencia, aunque cuenta con un director.
De cualquier modo, Taltavull, que afirmaba sentirse “disgustado”, aprovechaba para pedir disculpas si alguien se ha podido molestar: “Cuando estos días veía a los políticos que se adelantaban, en ningún momento me sentí identificado con ellos ni entendí que estaba en su misma situación”.