El programa del papa Francisco en su próximo viaje a Irak, programado entre el 5 y el 8 de marzo de este año, empieza, poco a poco, a ver la luz. Y es que, si bien el propio Francisco ha reconocido que “no sabe” si este viaje podrá realizarse debido a la pandemia del Covid-19 –aunque ya habrá concluido su vacunación–, el Patriarca de Babilonia de los Caldeos, el cardenal Louis Raphael Sako, ha revelado, en declaraciones recogidas por Europa Press, que el Pontífice se reunirá el día 6 con el gran ayatolá Ali al Sistani.
Al Sistani es la principal autoridad chií de Irak, y el Papa se encontrará con él de forma privada en la ciudad de Nayaf. El clérigo chií es tremendamente influyente, teniendo millones de seguidores en todo el mundo. Asimismo, a ejercido un papel de gran relevancia en la política del país, especialmente tras la invasión estadounidense en 2003, reconocido por lo moderado de sus mensajes.
Esperanza para los cristianos iraquíes
El objetivo de Francisco al reunirse con el ayatolá es continuar en la línea del Documento de Fraternidad Humana, firmado con el Gran Imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, en Abu Dhabi (Emiratos Árabes) en febrero de 2019. Mientras llega el momento, los cristianos iraquíes rezan por la visita del Santo Padre: un bálsamo para las pequeñas comunidades del país, hasta hace poco azotadas por la persecución del Estado Islámico.
El programa inicial del viaje a Irak, anunciado por la Santa Sede el pasado mes de diciembre, contempla etapas en Bagdad, Erbil, Mosul, Qaraqosh y la llanura de Ur, un lugar ligado a la memoria de Abraham. Asimismo, Francisco tendría previsto visitar zonas que estuvieron asediadas por el Estado Islámico, donde todavía hay presencia de comunidades cristianas pese a la persecución.