Entreculturas pide al Gobierno que la cooperación española destine un 8% de su ayuda a la educación básica. Es decir, que multiplique por 10 la cifra actual (0,8%), que dista mucho de la recomendada. De hecho, no ha hecho más que reducirse, pues en 2007 –también alejada de los estándares– era del 3,7%. Así lo ha reclamado la ONG jesuita en la presentación del informe ‘Recuperar la ayuda a la educación. Una llamada de emergencia. Tendencias de la cooperación española en educación‘, consciente de que las decisiones que se tomen ahora en materia de financiación de la cooperación en educación revertirán o no los retrocesos educativos causados por la pandemia del coronavirus.
En mayo, los cierres de escuelas afectaron a más del 90% de la población estudiantil de todo el mundo, lo que supuso que más de 1.500 millones de niños, niñas y jóvenes no pudiesen acudir a sus centros educativos. Así, se estima que alrededor de 24 millones de estudiantes no regresaron a las clases en 2020, por no hablar de los 258 millones de menores de Primaria y Secundaria que ya estaban fuera de la escuela antes del Covid-19.
“Es evidente que el riesgo de no regresar a las instituciones educativas y de que, incluso, muchos estudiantes abandonen eventualmente la escuela en los próximos años, va a aumentar de manera preocupante”, ha señalado Lucía Rodríguez, responsable de Incidencia en Entreculturas.
Entreculturas alerta de que las dificultades para el aprendizaje también amenazan con extenderse más allá de esta generación y borrar décadas de logros y progreso educativo, sobre todo, en el apoyo a las niñas y en el acceso y retención de las mujeres jóvenes al sistema educativo. “Hacemos una llamada de emergencia: la educación no puede esperar. Ante la situación que estamos viviendo, la cooperación internacional es clave en la búsqueda de soluciones y España puede llegar a jugar un papel relevante en el escenario internacional si da un giro a la política de cooperación que ha dejado caer desde la crisis de 2008”, ha añadido Rodríguez.
La pandemia está contribuyendo a generar una recesión global que tendrá efectos duraderos en las economías y finanzas públicas, especialmente de aquellos cuyos sistemas son más débiles. Pero “existen bienes públicos globales, como la salud, la educación o el medio ambiente, que deben ser protegidos en estrategias que vayan más allá de las condiciones económicas de cada país y que son un espacio de protección compartida para garantizar sociedades más seguras, inclusivas y sostenibles”, ha indicado Macarena Romero, técnica de Incidencia de la ONG.
La comunidad internacional no ha dejado de incrementar su inversión en cooperación internacional hasta 2018 a pesar de la crisis, aumentando sus fondos en un 55% de 2007 a 2018. Sin embargo, en España ha ocurrido lo contrario y, desde 2009, la cooperación no ha dejado de descender, siendo una de las políticas públicas que más recortes ha sufrido reduciéndose casi a la mitad entre 2008 (4.760 millones de euros) y 2018 (2.449 millones de euros). El compromiso es destinar el 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) a la Ayuda Oficial al Desarrollo, sin embargo, España ha pasado de invertir el 0,37% del PIB en 2007 al 0,2 en 2018.
Para Entreculturas, el protagonismo y respaldo que la comunidad internacional otorgue al ámbito de la educación condicionará la capacidad de las distintas sociedades para afrontar eficazmente los desafíos que nos ha planteado el Covid-19 y los obstáculos que aparecen para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). “El Gobierno español ya ha dado un primer paso aprobando la ‘Estrategia de Respuesta Conjunta de la Cooperación Española a la Crisis del Covid-19’, donde se reconoce la crisis educativa que hay que abordar y la importancia que tendrá la educación tanto en esta fase de emergencia, como en la reconstrucción de sociedades que no pueden ampliar sus diferencias y desigualdades debido a la pandemia”, reconocía Romero.
Tras “una década en la que la cooperación internacional ha perdido de manera dramática significación y por otra lado el actual contexto de crisis generado por el Covid muestra, hoy más que nunca, el papel primordial que desempeña la cooperación internacional como instrumento para no dejar a nadie atrás. La solidaridad entre países, regiones y continentes ya no es opcional, sino más bien la única vía de construir sociedades equitativas solidarias y sostenibles”, ha señalado Ramón Almansa, director ejecutivo de Entreculturas.
En este escenario es donde “el Gobierno de España debe dar un paso adelante, reafirmar y redoblar su compromiso con la cooperación internacional en aquellos sectores que se han demostrado cruciales durante la crisis. Se deben poner en el centro de la agenda de la cooperación española los servicios sociales básicos como la sanidad y la educación. Estos no solo son bienes públicos globales, asociados a derechos humanos fundamentales, sino que también tienen un efecto multiplicador, siendo palanca necesaria para el disfrute de otros derechos”, ha remarcado Almansa.
Al ser preguntado por los discursos xenófobos que no cesan en nuestra sociedad e incluso en el ámbito político, Almansa ha recalcado que esta es una preocupación de todas las organizaciones que trabajan en cooperación. “Parece que ya no es solo el ‘nosotros primero’, sino el ‘solo nosotros’, mientras esta pandemia nos ha demostrado que no hay dos mundos, sino uno solo. Y las soluciones solo pueden ser globales. Los discursos que se encierran en sí mismos tienen un recorrido muy corto. Sin una solidaridad global el mundo no será sostenible a medio plazo”, ha explicado.
Almansa concluía llamando a la acción, porque “el momento es ahora. El momento decisivo es este. Y cuando decimos que este es momento decisivo lo que queremos decir y reclamar a la sociedad y a nuestros políticos es que es el momento de tomar decisiones a favor de la educación; tomar decisiones en el aumento de la contribución pública a la solidaridad internacional”.