Los trabajadores informales tomaron varios puntos de la ciudad en vista de la falta de ingresos a sus hogares a causa de las medidas restrictivas
Mientras que en Bogotá se registraron protestas de trabajadores informales, la noche del 28 y la madrugada de este 29 de enero, frente al creciente desempleo por causa de las restricciones de la segunda ola del coronavirus, la Iglesia colombiana ha expresado su preocupación ante este flagelo.
“El trabajo es un derecho fundamental y un bien para cada persona”, por tanto “es una necesidad primaria en la que se apoya la posibilidad del ejercicio de otros derechos humanos”, han expresado desde la Conferencia de Obispos.
De igual modo se han solidarizado con todos los trabajadores de Colombia: “Los invitamos a cooperar en este momento crucial con el trabajo honesto, la disposición al diálogo y, especialmente, al compromiso con el bien común”.
Los prelados han valorado las iniciativas gubernamentales y privadas para superar la crisis laboral en el país como las ayudas a través de diversos programas “a quienes han quedado sin empleo”, no obstante han advertido que “no se puede reducir la situación laboral a estrategias de producción o a cálculos materiales”.
“El trabajo en sí mismo tiene una naturaleza social, es clave esencial en la vida de las comunidades humanas para lograr el bien común y el desarrollo integral”, han acotado, por lo que “el desempleo es una verdadera calamidad social”, el cual “es necesario contrarrestar con solidaridad social y creatividad”.
Foto: El Tiempo