El papa Francisco anuncia en el ángelus que instituye la Jornada Mundial de los abuelos y ancianos el cuarto domingo de julio

El pontífice preside la oración mariana desde la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano y ha destacado la fuerza poética de la predicación de Jesús a la vez que ha citado la canción pop ‘Parole parole’

El papa Francisco anuncia en el ángelus que instituye la Jornada Mundial de los abuelos y ancianos

Con su agenda plenamente restablecida, el papa Francisco ha presidido, un domingo más en privado –si bien algunos niños de la Acción Católica de Roma le acompañaban y ofrecieron un mensaje de paz–, el rezo del Ángelus desde la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano este mediodía del 31 de enero –aunque, ante la mejora de las cifras de la pandemia, unos cuantos fieles han acudido a la misma hora a la Plaza de San Pedro–.



Una jornada para los abuelos

Un momento en el que ha tenido palabras de recuerdo para los ancianos ya que el 2 de febrero se celebra la fiesta de la Presentación del Señor donde aparece la figura de los ancianos Simeón y Ana. “También hoy el Espíritu Santo suscita en los ancianos palabras de sabiduría, su voz en preciosa porque canta la alabanza a Dios y custodia las raíces del pueblo; nos recuerdan que la ancianidad es un don y que los abuelos son el anillo que une las diversas generaciones para transmitir a los jóvenes experiencia de vida y de fe”. 

“Los abuelos muchas veces son olvidados y olvidamos esta riqueza de transmitir las raíces”, lamentó, por ello anunció una nueva Jornada mundial de los abuelos y ancianos que se celebrará el cuarto domingo de julio, cerca de la fiesta de san Joaquín y Santa Ana, abuelos de Jesús“Es importante que los abuelos y los nietos se encuentren porque, como dice el profeta Joel, no abuelos frente a los niños soñarán, tendrán ilusión y los jóvenes tomando fuerza de los abuelos seguirán adelante, profetizarán”.

Com motivo de la Jornada Mundial de la Lepra mostró su cercanía a quienes luchan por combatir esta enfermedad. “La pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de proteger el derecho a la salud en las personas más frágiles”, por eso hizo un llamamiento a las autoridades a que evolucionen en la curación de la lepra.

La fuerza de la predicación

Comentando el evangelio del día (Mc 1,21-28), con la enseñanza y curación a un endemoniado por parte de Jesús en un sábado –día santo judío–; el Papa destaca que en el pasaje se unen “dos elementos característicos de la acción de Jesús: la predicación y la labor taumatúrgica de curación, predica y cura”. Para el pontífice, el “más destacado es el de la predicación” que el exorcismo viene a confirmar.

Y es que Jesús “predica con autoridad propia, como quien posee una doctrina que deriva de sí mismo, y no como los escribas que repetían tradiciones anteriores y transmitían leyes, repetían palabras, palabras, palabras…” como dice la canción de Mina Mazzini (‘Parole parole’), bromeó. “La enseñanza de Jesús tiene la misma autoridad que el hablar de Dios, pues con una sola orden libera fácilmente al obseso del maligno y lo cura. Su palabra cumple lo que dice, pues es el profeta por excelencia anunciado ya por Moisés; de hecho, es la mismísima Palabra de Dios hecha hombre”, apunta Bergoglio.

Derrotar el mal presente

La curación, prosigue Francisco, “muestra que la predicación de Cristo se dirige a derrotar el mal presente en el hombre y en el mundo”. El endemoniado, relata, “es liberado y transformado en una persona nueva”. Para el Papa, “la predicación de Jesús pertenece a una lógica opuesta a la del mundo y del maligno: sus palabras se revelan como el trastorno de un orden de cosas equivocado”.

“El Evangelio de este domingo debería suscitar en nosotros también algo de la admiración y el asombro que sintió la gente de Cafarnaúm cuando escuchó a Jesús en la sinagoga aquel sábado”, exhortó el pontífice. “Cuando se proclama el Evangelio, en la liturgia, ¡sigamos sintiendo toda la fuerza de su palabra! E incluso cuando leemos personalmente el Evangelio con el corazón abierto, siempre nos llega un poco de su luz y de su poder benéfico, que ilumina, cura, consuela”, recomendó junto con el consejo de llevar un evangelio en el bolsillo.

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