Francisco José Prieto Fernández (Ourense, 1968) es el nuevo obispo auxiliar de Santiago de Compostela. Nombrado por el Papa el 28 de enero, era hasta ahora vicario para la Nueva Evangelización de la diócesis de Ourense. “El Señor nos llama a remar juntos. Cada uno en su estilo, pero en la misma dirección, que es el Evangelio. No cabe otra forma”, explica a Vida Nueva uno de los gestores del Sínodo de Ourense, que comenzó en 2016 y se ha visto interrumpido por la pandemia cuando estaba a punto de concluir.
PREGUNTA.- El Papa ha depositado su confianza en usted. ¿Da vértigo?
RESPUESTA.- Cuando te llega esta llamada te ves superado por los acontecimientos. Esta responsabilidad me ha hecho más consciente de mis limitaciones. Mi reto ahora es aprender a servir desde el ministerio episcopal como auxiliar de don Julián Barrio en una diócesis de tanta importancia histórica. Llego a una diócesis en medio de un Año Santo y espero servirla auxiliando, como indica mi cargo.
P.- Ahora le tocará ponerse manos a la obra con el Xacobeo…
R.- Don Julián me irá indicando en qué puedo ayudar. Pero, por el momento, puedo decir que es un gozo que el Papa nos haya concedido una ampliación hasta 2022. Quiera Dios que esta pandemia la vayamos dejando atrás y acabe el dolor que está suponiendo para todos, espero que este año nos traiga esperanza y que la puerta santa sea una puerta abierta a la esperanza.
Solo espero que no nos acostumbremos al dolor del hermano. Ojalá sepamos responder con rostro de Iglesia, al estilo del Buen Samaritano. Deseo que aprendamos a desgastarnos en fraternidad con hechos. Como afirma el Papa en ‘Fratelli Tutti’, caminemos en esperanza por las semillas de bien que Dios sigue derramando en la humanidad y asumamos que, ante este reto y siempre, nadie se salva solo.
P.- El Papa da una lección de buena política en su encíclica. ¿Cómo puede ayudar la Iglesia a frenar la crispación?
R.- La única forma es presentando la Doctrina Social de la Iglesia y el magisterio de Francisco para que los políticos redescubran que su tarea es el arte de hacer el bien por la polis. Debemos favorecer el encuentro, que no debe ser de mínimos. Como Iglesia estamos llamados a tender puentes desde la verdad del Evangelio. ¿Qué hizo Jesús? Buscar el corazón de las personas. Imitémosle.
P.- Deja atrás la diócesis de su vida…
R.- Sí, dejo la diócesis en donde me he criado y he vivido mis primeros 28 años como sacerdote. Confío en que el Espíritu me dé fuerzas para saber responder, yo lo hago siguiendo la estela del Buen Pastor. Me tranquilizan unas palabras que me ha dicho don Julián hablando estos días: “Cuando Dios hace una llamada así siempre da su gracia”.