La Fundación de Solidaridad Amaranta se ha sumado hoy, 8 de febrero, a la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata, que el papa Francisco convoca desde el año 2015 con la finalidad de dar a conocer y contribuir a erradicar la esclavitud.
Tal como ha señalado la organización, el lema elegido para este año, ‘Economía sin trata de personas’, hace referencia a una de las causas estructurales de la trata de seres humanos. “De hecho, en pleno siglo XXI, la trata es un reflejo de un orden social, económico y político que no está al servicio del desarrollo de una vida en condiciones dignas para todas las personas y pueblos”, subraya.
La Fundación de Solidaridad Amaranta, fundada por las Religiosas Adoratrices, trabaja en la protección y atención de víctimas de trata. “Lo hacemos específicamente acompañando a mujeres que son explotadas y tratadas para la explotación sexual, poniendo a su disposición recursos, servicios y personas cualificadas para recorrer conjuntamente otros caminos, que nos permitan recuperar de forma segura una vida libre de violencia y con oportunidades para desarrollar un proyecto propio y autónomo”, explican desde la organización.
Los efectos del Covid-19
“La trata de seres humanos tiene para nosotras nombres e historias de mujeres que desean una vida sin violencia para ellas, una vida con pan y escuela para sus hijos e hijas, una vida con salud y medicinas, una vida sin mendigar y con trabajo para sostenerse” añade María Luisa Puglisi, directora general de la Fundación.
“La situación se ha visto agravada más por la pandemia Covid-19, que ha dejado al descubierto las brechas que ya existían en la sociedad, quedando claro que la desigualdad estructural afecta y golpea la vida de lo más débiles y los sistemas que sustentan la trata de personas se siguen beneficiando de ellos”, aseveran. Por ello, desde Amaranta “queremos contribuir a generar otra economía libre trata, al servicio de las personas”, concluye Puglisi.