A través de un mensaje denominado ‘Vacunarnos: un bien para la salud de todos’, la Dimensión de Pastoral de la Salud de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), reflexionó sobre la vacuna contra el Covid-19, que ha desatado un fuerte debate en el país en torno a la conveniencia de aceptarla.
El organismo, presidido por el arzobispo de Tulancingo, Domingo Díaz Martínez, no deja dudas sobre este tema, al explicar la “conveniente necesidad de vacunarse para contrarrestar, en lo posible” la enfermedad.
El documento difundido este martes 9 de febrero, también está firmado por Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM, así como por Alfonso G. Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey y secretario General de la CEM.
Postura clara ante la confusión
En el mensaje, Díaz Martínez asegura que en México se vive un escenario de confusión que disminuye la confiabilidad en las ciencias biomédicas rigurosas, y en ocasiones, se llega incluso a desafiar el juicio y las orientaciones de la propia autoridad eclesial.
Algunos de los factores que -de acuerdo con la CEM– abonan a este clima de incertidumbre son: presupuesto insuficiente destinado a combatir la pandemia; minimización de la contingencia, falta de pruebas para determinar el tamaño del contagio, y fuentes de desinformación sobre la eficiencia o inmoralidad de algunas vacunas.
En ese sentido, el obispo recordó que las vacunas son preparaciones destinadas a generar inmunidad contra una enfermedad, estimulando la producción de anticuerpos, y en el mundo contemporáneo, aplicarse las vacunas clínicamente aceptadas por la comunidad científica internacional, colabora a proteger la salud personal y del prójimo.
¿Es moral ponerse la vacuna?
Para responder a esta pregunta, el obispo citó la aclaración publicada por la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la moralidad del uso de algunas vacunas contra Covid-19, el 21 de diciembre de 2020.
“Cuando no estén disponibles vacunas Covid-19 éticamente irreprochables… es moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la Covid-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción”.
Asimismo, destacó lo dicho por el papa Francisco el 9 de enero de 2021, cuando declaró: “creo que desde el punto de vista ético todo el mundo debe vacunarse, porque no solamente pones en peligro tu salud, tu vida, sino también las de los otros“.
Díaz Martínez se pronunció porque en todos los sectores y ambientes, la vacuna sea administrada prioritariamente a quienes poseen mayor riesgo de contraer la enfermedad: personas con riesgo especial a causa de otras enfermedades, edad o ejercicio de su vocación o profesión.
Del mismo modo, advirtió que sería injusto encarecer arbitrariamente los precios de medicamentos, oxígeno y otros insumos instrumentalizando el dolor y la enfermedad de la gente.
Finalmente, el responsable de la salud en el episcopado hizo un llamado a los católicos a no contribuir en modo alguno a la desinformación, ya que está en riesgo la vida de las personas, especialmente, de las más vulnerables.
“Invitamos a todos los fieles católicos, y a todos los hermanos y hermanas de buena voluntad, a empeñarnos en la prevención, como parte de nuestra vida diaria, con el fin de evitar sufrimiento innecesario y la eventual pérdida de la vida”.