El prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el cardenal Peter Turkson, ha hecho balance de la campaña de vacunación contra el coronavirus con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo que la Iglesia celebra cada 11 de febrero, día de la Virgen de Lourdes. El purpurado ha reclamado la importancia de facilitar la producción de suero en los países del Sur y de fomentar el uso de remedios naturales para tratar el virus.
“La preocupación también está ligada a la calidad de las vacunas porque en distintas partes del globo están llegando productos de China, Rusia, India que presentan algunas dudas sobre la eficacia”, señala Turkson a los medios vaticanos. El prefecto lamenta que “el sur del mundo gira la cabeza hacia el norte para conseguir la vacuna, descuidando que podría producirse directamente allí”.
Mirando a África
En este sentido, denuncia que “este sistema ya no es sostenible” y reclama la intervención de la ONU y los diferentes organismos internacionales “ya que está claro que se trata de una cuestión de seguridad global”. Así, ha reclamado que la Organización Mundial del Comercio facilite una revisión de todo lo relacionado con la propiedad intelectual de las medicinas ya que es “un obstáculo para la producción de vacunas en países distintos de los que actualmente tienen las patentes”.
Para el cardenal africano es clave la producción local para que sea una realidad el acceso universal a la vacuna que ha reclamado el papa Francisco. Además, invita a estudiar otras soluciones farmacológicas para los países que no pueden soportar la logística compleja de las actuales vacunas mayoritarias.
Más allá de la inmunización, Turkson ha destacado que la Comisión Vaticana Covid-19 tiene en su punto de mira en los efectos que la pandemia está causando en la salud mental de las personas. Para ello se ha elaborado “un documento pastoral y de acompañamiento que pretende dar ánimos a los que sufren psíquicamente la pandemia y a los que los cuidan”.