Poco a poco se van conociendo más datos sobre las circunstancias en la que recibió la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui. Ahora, el Obispado ha confirmado que el pasado 8 de enero, también recibieron la primera dosis en la Casa Sacerdotal la hermana y el cuñado del prelado, ya que conviven con él desde 2012.
Mientras las autoridades sanitarias están desarrollando una investigación sobre la irregularidad de este hecho, la diócesis ha confirmado que también se le inoculó al vicario general de la Diócesis, Vicente Martínez. Y es que ni Murgui, ni sus familiares ni el vicario residen ni son trabajadores de la Casa Sacerdotal.
Jesús Murgui rechazó toda acusación de trato de favor y señaló que es “la dinámica de las demás campañas de vacunación” ya que el prelado tiene “vinculación sanitaria” a la Casa Sacerdotal donde residen presbíteros ancianos y enfermos. Este mismo motivo ofrece ahora la diócesis al trascender el hecho de la vacuna a los familiares que, al ser convivientes, también “están vinculados sanitariamente”, según señala el vicario general en un comunicado recogido por Europa Press.
Persona de riesgo
Este último justifica la recepción del fármaco no solo por su conexión sanitaria con la Casa Sacerdotal, institución diocesana, sino también por “ser una persona de riesgo”. Y es que Vicente Martínez residió en la Casa Sacerdotal entre noviembre de 2019 a septiembre de 2020 “debido a una aplasia medular grave que ha requerido la asistencia permanente del Hospital General y de los enfermeros”, señala. Martínez explica ahora que “si bien he mejorado de mi enfermedad, en la actualidad sigo recibiendo tratamiento, con la supervisión continua por parte del mismo equipo sanitario de la Casa Sacerdotal, aunque mi residencia está en el Teologado Diocesano” en el mismo complejo residencial, ha subrayado.
