La cubana Daniuska Rodríguez, médico y religiosa de 30 años, es la primera mujer en dirigir el Área de Salud de la Diócesis de Vitoria, clave ante la actual situación de pandemia. El obispo, Juan Carlos Elizalde, ha considerado prioritario el impulso de la pastoral sanitaria en este contexto de crisis. Además, ha decidido que quien lidere este área en esta nueva etapa sea por primera vez una mujer, y religiosa, de la recién llegada a Vitoria congregación de las Hijas de la Caridad del Cardenal Sancha, conocidas popularmente como “sanchinas”.
La religiosa Daniuska Rodríguez será la que organice al grupo de coordinadores territoriales y de voluntarios que se repartirán para acompañar y asistir espiritualmente a las personas que lo demanden, tanto en hospitales y residencias como en sus propios domicilios.
Entre el nuevo grupo destacan también tres religiosas más de las Siervas de Jesús y del Colegio de la Inmaculada de Abetxuko, dos laicos y un joven seminarista de 19 años. Este relevo pretende contar con un nutrido grupo de voluntarios con vocación de acompañamiento y personal experto en el espacio sociosanitario.
PREGUNTA.- Su comunidad llegó a Vitoria el 13 de enero y, en marzo, llegó la pandemia y todas sus consecuencias. ¿Cómo lo ha vivido?
RESPUESTA.- A los pocos días de decretarse el confinamiento, empecé con síntomas, con fiebre, y tuve que recluirme en mi habitación. Afortunadamente, la sintomatología no fue muy severa y no precisé de internamiento. Pasé la cuarentena en casa. Cuando me sentí mejor, contacté telefónicamente con un auxiliar del Hospital de Txagorritxu y pude iniciar un acompañamiento virtual, por decirlo de alguna manera. Así, aunque no se pudo llegar a todas las personas que una hubiese querido, algo se pudo hacer.
Un campo muy amplio
P.- ¿Cuál es la labor primordial de una pastoral de la salud?
R.- Esta engloba una pastoral y una espiritualidad de la caridad. Va más allá del enfermo, atiende a la persona y a su entorno, en cada momento de la vida y en cada fase de la enfermedad o del duelo. La soledad es una realidad que se hace presente en estos momentos y, durante la pandemia del coronavirus, lo hemos constatado. La pastoral de la salud tiene un campo muy amplio de trabajo. Y no debemos olvidar que es una pastoral sacramental. Llevamos a Jesús al enfermo y lo vemos en ellos.
P.- Pese a la gran labor realizada, junto a sanitarios, agentes y voluntarios de la pastoral de la salud, hay voces que solicitan la supresión de los hospitales de la “atención espiritual”. ¿Qué opina?
R.- Quienes hacen esas peticiones es porque, o bien no han experimentado la cercanía de la atención espiritual, o bien hemos cometido errores con ellos. La supresión de este servicio no es una solución.