España

Un sacerdote bendice en Madrid un acto neonazi en el que se clama que “el judío es el culpable”

El cementerio de La Almudena albergó el pasado sábado 13 un polémico homenaje anual a la División Azul





Según informa Miguel Ramos en La Marea, este pasado sábado 13 de febrero, el cementerio madrileño de La Almudena albergó un homenaje a la División Azul, el tercio de voluntarios que combatió en la II Guerra Mundial junto a las tropas de Hitler en la Rusia soviética. Varios centenares de personas, convocadas por el grupo neonazi Juventud Patriota, conmemoraron el 78º aniversario de la batalla de Krasny Bor, una de las principales en las que participó la División Azul. Y lo hicieron con todo tipo de simbología y consignas fascistas, tal y como se recoge en un vídeo grabado por la agencia rusa Ruptly.



Tras desfilar por varias calles de Madrid (Ascao, La Elipa y Bilbao) en silencio y al toque de tambores, en el turno de intervenciones, ya en el cementerio, ante el monolito dedicado a “los caídos de la División Azul”, una joven falangista afirmó sin ambages: “Es nuestra suprema obligación luchar por España, luchar por Europa, ahora débil y liquidada por el enemigo. El enemigo siempre va a ser el mismo, aunque con distintas máscaras: el judío”. “El judío –remachó– es el culpable”. Y es que “el comunismo” es “una invención judía destinada a dividir a los obreros”.

Oración y discurso

El acto fue bendecido por un joven sacerdote, quien, además de recitar una oración, también intervino con un discurso en el que denunció que “el marxismo, igual que ayer, en la época de la II Guerra Mundial, y hoy también, sigue intentando turbar la paz de nuestra sociedad, turbar la paz de los espíritus y, sobre todo, quitar a aquel que es el príncipe de la paz, nuestro señor Jesucristo”.

Más allá de las numerosas banderas con esvásticas y escudos falangistas, el notorio acto de exaltación fascista quedó retratado en la intervención de Ignacio Menéndez, abogado Carlos García Juliá, uno de los asesinos condenados por la matanza a sangre fría, en 1977 en Madrid, de los abogados de Atocha. Desafiando toda medida sanitaria por la pandemia, exigió a los presentes que”incumpláis el toque de queda, os reunáis con vuestros familiares y amigos, seáis más de seis, como somos hoy aquí. Y que os abracéis, y que cantéis y que viváis alegres. Porque el fascismo es alegría”.

Protestas de los vecinos

“Tarde o temprano –cerró Menéndez–, cuando entreguemos nuestra vida, camaradas, solo podremos decir que no nos vamos con las manos vacías y que nuestro honor se llama fidelidad. Gritad conmigo: ¡Arriba España! ¡Arriba Europa!”.

Dos días antes, diversas organizaciones vecinales del distrito de Ciudad Lineal remitieron una carta a la Delegación del Gobierno en Madrid para solicitar la prohibición de un acto que lleva ya una década realizándose y en la que se aprecia “el carácter xenófobo, racista, machista y homófobo” de sus organizadores. Con todo, no hubo respuesta de ninguna Administración y el homenaje a la División Azul tuvo lugar.

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Etiquetas: Franquismo
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