“Basta de violencia es el grito del Pueblo”, expresaron los miembros del equipo responsable de la pastoral social, También recordaron la carta de Cuaresma que el arzobispo Eduardo Martín envió en el 2020, en la que manifestaba la necesidad de rectificar el rumbo de la vida personal y comunitaria en una sociedad que calificó de “enferma”.
La situación actual
En las últimas semanas, la ciudad de Rosario (Provincia de Santa Fe) mostró una “escalada de de muerte y agravios contra la vida“. Por eso, ahora, la pastoral social enumeró una serie de situaciones latentes: la inseguridad, el narcotráfico, los femicidios, y las violencias interpersonales.
A estas, sumaron otros problemas vinculados al tejido social: el desempleo, la pérdida del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, pobreza, hambre y desnutrición, deficiencias educativas, corrupción.
Agregaron a esta coyuntura la preocupación por el destrato a los ancianos y enfermos, los abusos y el abandono de niños, por el aborto y las adicciones, las enfermedades evitables, la discriminación y la manipulación mediática de las conciencias; calamidades todas “profundizadas por el tiempo transcurrido sin acciones que las corrijan y por la pandemia”.
Repitieron que las causas de todas estas manifestaciones hay que buscarlas en nuestros corazones cuyas mezquindades se reflejan en las “estructuras injustas y deshumanizadas que nos oprimen”.
Demasiado dolor
El equipo afirmó: “Es demasiado el dolor y el miedo de nuestra gente que a su vez sufre más porque no obtiene respuestas a su dificultades cotidianas.
“Todos tenemos responsabilidades, pero que es mayor la de los que más recursos y poder tienen. Por eso se acentúa la de aquellos a quienes los ciudadanos hemos elegido para gobernarnos y gestionar los asuntos del bien común”, expresó la pastoral social.
Ofrecimiento de la Iglesia
La pastoral social, más allá de sus limitaciones, ratificó su compromiso con esta realidad y ofreció seguir dialogando y trabajando con todos los sectores, “abrazando y escuchando a las víctimas, acompañando y asistiendo a quienes más lo necesitan como lo hemos hecho especialmente en estos tiempos de Covid”.
Ruegan a Dios, fuente de toda razón y justicia según la Constitución Nacional, para que ilumine a las autoridades y las movilice a poner en práctica las políticas públicas “decididas y valientes” para el bien común.
A ejemplo de San José pidieron no bajar los brazos y reafirmaron el pedido del comunicado: Basta de violencia, queremos vivir en paz y con justicia.