El jesuita juzgado por abusos a una menor en Gijón defiende que las relaciones fueron consentidas

  • “Desde los 12 a los 16 años de la denunciante solo había una amistad”, ha afirmado el abogado del religioso
  • El superior de la Compañía de Jesús en España pedía perdón a finales de enero por los casos de abusos en la congregación

El jesuita juzgado por abusos a una menor en Gijón defiende que las relaciones fueron consentidas

“Las relaciones fueron consentidas”. Esto, al menos, tratará de demostrar la defensa del jesuita acusado de abusar de una alumna en el colegio de La Inmaculada de Gijón, tal como ha apuntado su abogado hoy a los medios, tal como ha recogido por El Comercio.



El juicio contra el sacerdote, J. E. M., quien llegó a ser superior de los jesuitas en La Rioja y que supuestamente abusó de una alumna mientras era profesor en el colegio asturiano, se está celebrando a puerta cerrada. “Desde los 12 a los 16 años de la denunciante solo había una amistad y de los 16 a los 18 mantuvieron una relación sentimental consentida”, aseveró el abogado Alberto Aldamunde. Sin embargo, ahora mismo la fiscalía pide para el religioso una condena de ocho años de cárcel y su inhabilitación como docente por abuso sexual continuado contra la menor.

Según la acusación, el sacerdote era conocedor de la edad de la niña cuando, en 2008, comenzó a “intimar con ella”, diciéndole “que la amaba y que la deseaba”. Asimismo, han explicado que el contacto entre profesor y alumna comenzó en las redes sociales, entablando conversaciones en las que se dirigía a ella con expresiones como “princesa y solete” y llegaba, incluso, a decirle “que no era de piedra” y que “a quería”.

El perdón de los jesuitas

Los primeros encuentros sexuales comenzaron cuando la menor tenía 14 años, “llegando a mantener relaciones completas cuando la joven contaba con 17 años”. Además, el fiscal ha explicado que el religioso “le decía a la menor que era la mujer de su vida, que quería una vida con ella, pero que no podía, debido a su condición de sacerdote”. Finalmente, la relación entre ambos acabó en 2012. La joven denunció los hechos en 2019, con 25 años, después de que, tal como han certificado los informes forenses, su relación con el jesuita le provocasen “un trastorno ansioso depresivo”.

La Compañía de Jesús apartó el mismo enero de 2019 al religioso de sus funciones como docente en su último destino, el colegio de los jesuitas de Logroño. Asimismo, la orden publicaba el 21 de enero de este año su ‘Informe sobre los abusos cometidos por jesuitas en el pasado’, que se presentó en Madrid junto al Sistema de Entorno Seguro 2020. Según la investigación interna de la Compañía de Jesús en España, 81 personas sufrieron abusos siendo menores y 37 siendo adultos desde 1927 hasta la actualidad. 

Por su parte, Antonio España, superior provincial de la Compañía de Jesús en nuestro país, recalcó en la presentación del documento que los jesuitas están comprometidos con “la transparencia ante este dolor que nos producen los abusos”. Durante su intervención, expresó además que le “llena de dolor, pesar y vergüenza la herida a tantas personas por la angustia en sus corazones, por la desconfianza, por la ansiedad y porque estos hechos hayan tenido lugar en la Iglesia, que debería ser un espacio de seguridad”.

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