“La Iglesia siempre ha sido una red capaz de ofrecer soluciones y propuestas y hoy también está llamada a ser signo de comunión a través de las redes”. Es la reflexión que lanzó esta tarde el prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, en el marco de los coloquios sobre comunicación organizados por la Conferencia Española de Religiosos (CONFER).
Para Ruffini, internet es una oportunidad única para la Santa Sede y para la Iglesia entendida como “red que nos tiene que devolver nuestro ser como el lugar donde construimos comunidad juntos, relaciones concretas, experiencias, ponemos en común soluciones sobre nuestros asuntos vitales”. Desde ahí, compartió que la comunicación eclesial “no puede ser publicidad, marketing ni efectos especiales, porque eso te puede funcionar un par de veces, pero a la larga, se derrumba”. “Comunicar para nosotros es hacer llegar nuestro mensaje con la sinceridad y la transparencia del Evangelio al servicio de la sinodalidad”, añadió.
“La comunicación nace de la verdad, de lo que nosotros somos capaces de testimoniar en la Iglesia, nace de contar sus propias historias”, reflexionó el máximo responsable de la comunicación de la Santa Sede: “Somos creíbles si ven que cada creyente, la parroquia, la diócesis, la Santa Sede testimonian con alegría su ser cristiano, su encuentro con el Señor”.
Desde este presupuesto abordó también la lucha contra las ‘fake news’: “Tenemos que trabajar para que cada bautizo, cada persona que accede a los medios de comunicación de la Iglesia, en desmentir las ‘fake news’”.
Entre los grandes desafíos que se ha topado a lo largo de estos dos años y medios al frente del Dicasterio destacó la crisis de los abusos sexuales y la propia pandemia del coronavirus. Junto a ello, otro de los grandes retos ha sido salir al paso de un Papa que toma la iniciativa como comunicador con intervenciones espontáneas bien sea en un discurso, en una entrevista o en una rueda de prensa en un avión que complican el trabajo de lo que vendría a ser la estrategia comunicativa de una entidad.
“Desde el punto de comunicación corporativa, quizá uno le tendría que decir al Papa que estableciera una estrategia ordenada sobre cuando tiene que hablar y cuando tiene que callar, que tiene que decir en un momento determinado, cómo actuar, como moverse… Pero eso, no encaja con la forma de ser de Francisco como no encajaba con la manera de vivir y de expresarse de Jesús”.
Preguntado por el ruido mediático que generan quienes se resisten a las reformas de Francisco, Ruffini subrayó que “el Papa no considera que tenga enemigos y afronta estas situaciones con la serenidad de la fe”. Con este punto de partido, apeló de nuevo a la responsabilidad personal: “Si hablamos de enemigos y resistencias, como cristianos se nos dice que amemos a los enemigos y muchas veces es muy difícil, pero hay que perseverar en ello también como comunicadores”.
Sobre la decisión del Papa de elegirle como prefecto, el comunicador desveló lo que le dijo a Francisco cuando le ofreció la responsabilidad: “Le expresé que no era capaz, es la pura verdad. Le expuse que yo no era la persona indicada”. Entre otras cosas, porque según expuso Ruffini en el coloquio, su carrera profesional no había estado centrada nunca en la comunicación institucional.
“Uno pone a disposición lo que es y el resto pasa por trabajar en equipo, en comunidad, como toda la Iglesia”, aportó, para subrayar que bajo ningún concepto los laicos están simplemente llamados a cubrir “puestos técnicos”: “Todos los bautizados somos Iglesia, no somos solo técnicos”.