El ultimátum del Vaticano a Enzo Bianchi no ha surtido efecto. El fundador de la Comunidad de Bose –tal como recogía un decreto publicado el 8 de febrero y firmado por el delegado pontificio Amedeo Cencini– tenía una semana para abandonar el monasterio piamontés. Pero no lo ha hecho. De hecho, se ha atrincherado en él.
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El pasado 21 de mayo de 2020, Pietro Parolin, cardenal secretario de Estado del Vaticano, firmaba un decreto aprobado por el papa Francisco, por el cual Bianchi debía abandonar la comunidad monástica en 10 días. El ex líder aceptó por escrito abandonar el lugar, pero 8 meses después aun no lo ha hecho. El 4 de enero la Santa Sede volvió a avisar a Bianchi, quien se resiste a salir. Y así lo ha comunicado el propio convento: “con profunda amargura, la Comunidad tuvo que tomar nota de que fr. Enzo no fue a Cellole en los tiempos indicados por el decreto del delegado pontificio”.
El decreto obliga a la Comunidad a entregar gratuitamente a Bianchi el monasterio de Cellole. Así, el fundador debe trasladarse allí junto a algunos hermanos que han manifestado su voluntad de ir con él, por lo que pasarán a ser miembros de la Comunidad ‘extra domum’. La Comunidad de Bose rompería, de esta forma, los vínculos con Cellole, que dejará de ser una fraternidad monástica. “En consecuencia, debe excluirse el uso de los nombres de ‘Fraternidad Monástica de Bose’, ‘Monasterio de Bose’, o similares, en publicidad, señalización, sitios de Internet, etc. para evitar confusiones y ambigüedades”, señala el decreto.
Intervención del Papa
Por su parte, el papa Francisco dispuso una visita apostólica que comenzó el 6 de diciembre de 2019 y concluyó el 6 de enero de 2020 por la “tensa y problemática situación en la Comunidad en relación con el ejercicio de la autoridad del fundador, la gestión del gobierno y el clima fraterno”.
La Comunidad nació el 8 de diciembre de 1965, en el mismo día de la clausura del Concilio Vaticano II, de la mano de Bianchi. Se trata de un monasterio ecuménico mixto, en el que se celebra la liturgia de las horas, se trabaja, se acoge a los huéspedes, se estudian las Escrituras y la tradición monástica.
