‘Lights for the world’ (‘Luces para el mundo’) es el título de un álbum discográfico que está causando sensación. Un grupo de clarisas inglesas ha unido las oraciones de san Francisco de Asís con los teclados y sintetizadores propios de la música electrónica. “No esperábamos este éxito en lo más mínimo, ni siquiera lo imaginábamos. Pensamos que habíamos hecho algo para nuestros seres queridos, un pequeño regalo para ellos”, han señalado las hermanas Gabriel y Geraldine-Marie de las clarisas de Arundel, en la campiña de Sussex.
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Gregoriano y música electrónica
En su disco se recogen algunos himnos franciscanos, de santa Claro y otros textos de la tradición litúrgica medieval. “Hubo un amplio debate en nuestra comunidad”, han explicado al periódico italiano ‘Il Corriere della Sera’, ya que “teníamos miedo, estábamos recelosas, no somos un coro profesional aunque cantemos todos los días”. Poco después estaban trabajando con ella los productores musicales James Morgan y Juliette Pochin.
“Llamaron a nuestra puerta con sus teclados y equipos. Al principio se unieron a nuestras oraciones, asistieron a nuestros servicios. En un segundo momento nos propusieron, ante nuestro sí, hacer una sesión dentro del monasterio, para ver si funcionaba actualizar los laudes y el canto gregoriano con música electrónica”, relatan.
Compañía en la pandemia
Para las monjas, esta “ha sido una gran aventura, nos impresionó el respeto y la discreción, así que disipamos las dudas sobre hacer públicas nuestras canciones. Y nuestro mensaje es: si estás en casa ahora mismo, ansiosa o deprimida, estés donde estés, hay una comunidad de mujeres y estamos aquí, y estamos aquí contigo”. “Nosotras, que somos 23 monjas de clausura, también estamos viviendo el encierro. Aunque separados, antes de la pandemia, familiares y amigos venían a visitar el monasterio”, añaden.
Los beneficios del proyecto se dedicarán a un fin benéfico. Pero este trabaja está haciendo mucho bien ya: “Llevamos la paz y el amor con la música, que forma parte de nuestra oración diaria, es una manera de explorar el misterio de Dios, escuchamos todo tipo de música que eleva el alma, no necesariamente la sagrada”.