El Vaticano prevé un déficit de 49,7 millones de euros en 2021 por la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus. El papa Francisco dio ayer por la tarde el visto bueno al presupuesto de la Santa Sede para el presente año, elaborado por la Secretaría de Economía y aprobado el pasado martes por el Consejo de Economía.
La Santa Sede ingresará 260,4 millones de euros y gastará 310,1 millones de euros en 2021. “Por primera vez, con el objetivo de brindar más visibilidad y transparencia a las transacciones económicas de la Santa Sede, como ha pedido repetidamente el Santo Padre, el Presupuesto 2021 está consolidando el Fondo del Óbolo de San Pedro”, aclara la Secretaría de Economía en un comunicado. Con ingresos de 47,3 millones de euros y subvenciones de 17 millones de euros, la Santa Sede espera un saldo neto de 30,3 millones de euros.
Esto significa que si se excluyera el Óbolo de San Pedro, el déficit de la Santa Sede sería de 80 millones de euros en 2021. Y es que los ingresos operativos disminuyen un 21% (48 millones de euros) en comparación con 2019, debido a la reducción de las actividades comerciales, de servicios e inmobiliarias como donaciones y contribuciones.
El presupuesto también refleja el esfuerzo en la contención de gastos. Por ejemplo, los gastos de funcionamiento se redujeron en un 14% (24 millones de euros) en comparación con 2019. Eso sí, sin tocar el gasto de personal, pues la seguridad en el empleo sigue siendo una prioridad para el Papa en estos tiempos difíciles.
La mayoría de los recursos de la Santa Sede en 2021 se destinarán al sostenimiento de sus actividades apostólicas; en concreto, el 68% del total de gastos, mientras que el 17% se destinará a la gestión del patrimonio y otros bienes, y el restante 15% a actividades de administración y servicios.
“Si el nivel de donaciones sigue siendo el esperado, el déficit se saldará con parte de las reservas de la Santa Sede”, matiza el comunicado de la Secretaría de Economía