Durante la celebración del Miércoles de Ceniza, Carlos Tissera recibió a los miembros de la Orden de los Franciscanos Menores Conventuales, que inician así su tarea pastoral en la diócesis.
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El obispo de Quilmes señaló que este tiempo litúrgico es de liberación, pero también de lucha contra las tentaciones que impiden la entrega total a Dios. La Cuaresma viene después del carnaval, donde las caretas se caen y aparece la verdad de los que somos: criaturas frágiles y pecadores. Pero Dios sigue llamando, personal y colectivamente.
Mencionó una canción del P. Osvaldo Catena: “Todo te está diciendo ¡vuélvete a Dios!”, e invitó a no seguir igual: “Seremos mejores o peores, pero no iguales después de esta prueba”.
Con respecto al tiempo de preparación para la Pascua, Tissera remarcó: “Es tiempo de mirar a Cristo, él nos llama a vivir la realidad preciosa de ser bautizados, de hijos de Dios”. Es Jesús quien “nos muestra el rostro misericordioso del Padre, que sale a nuestro encuentro y nos abraza, y hace fiesta porque volvemos a Él”.
Los Menores Conventuales
En la homilía, el obispo rescató también la figura de Jesús, recordando las palabras de San Francisco: “Conozco a Cristo pobre y crucificado, y eso me basta”.
Destacó que el estilo de vida del pobre de Asís atrajo a muchos seguidores. La Orden sigue hasta el día de hoy, y ahora fue inspirada por Dios para fundar una casa en la localidad de Berazategui e integrarse al camino sinodal de la diócesis. ¡Demos gracias a Dios!, exclamó.
Tissera referenció las palabras del Papa Francisco, en su visita a Asís el 4 de octubre de 2013, quien resaltó que San Francisco es testigo del respeto por todo; de que el hombre está llamado a custodiar al hombre, que está en el centro de la creación: “Francisco fue hombre de armonía, un hombre de paz”. El obispo espera que estas palabras se hagan realidad en estos hermanos franciscanos.
Agradecimientos
“La Diócesis toda y estas Comunidades de San Francisco de Asís y de Nuestra Señora del Puente los reciben con alegría”, manifestó el titular de Quilmes.
Agradeció al Ministro Provincial, Fray Javier Fontana y a los miembros la nueva comunidad fraterna, Fray Domingo y a Fray Maximiliano. Comentó que, desde hace tiempo, venían madurando este proyecto con la prioridad de la pastoral juvenil y vocacional, sin perder el carisma.
Tissera recordó y valoró la vocación de servicio de la Hna. Renza Bono, quien finalizó su misión en el Hogar Madre Teresa de Calcuta. “Esta casa, propiedad del Obispado de Quilmes, por un convenio será ahora la residencia de los queridos franciscanos. Esta Comunidad llevará el nombre de los Beatos Mártires Riojanos. Que el Beato Fray Carlos Murias los custodie siempre”, puntualizó.
Finalmente, reconoció también al P. Martín Pedraglio y a los diáconos Argentino Bodi y Néstor Sinisgalli, por el trabajo de recepción y bienvenida de los frailes para integrarse a la vida pastoral comunitaria. Y, a las comunidades de Berazategui, les dio las gracias porque en este tiempo de pandemia, a pesar de los servicios limitados, brindaron muchas iniciativas en favor de los más frágiles y pobres.