“¿Cómo reinventarnos como seres humanos?”. Este fue el desafío lanzado durante el conversatorio digital que se celebró ayer en el marco del IV Encuentro de Pastoral Educativa para América que del 18 al 20 de febrero organiza la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC).
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Moderada por Pedro Miguel García Fraile, director global de PPC y de la línea de edición religiosa de SM, en la mesa redonda digital participaron el teólogo José Laguna, perteneciente a Cristianismo y Justicia; la filóloga, educadora y pastoralista Vicky Morán; y el director de PPC México, Abraham Flores.
Reorientar al alumnado
“Los profesores ya se han reinventado”, apuntó Morán ante las soluciones educativas que se han tenido que poner en marcha ante las dificultades generadas por la pandemia. “Ahora es el momento de preguntarse qué actitud vamos a tener a partir de ahora para superar, por ejemplo, la brecha digital. Es la hora de decidir si nos quedamos atrapados en la queja o en el lamento o si lo vivimos como una oportunidad en la escuela para reorientar a nuestros alumnos en su escala de valores, en su forma de orar, en su manera de vivir y de consumir”, sugirió.
Para Laguna, “la pandemia nos ha servido para ubicar la órbita de nuestras vidas y descubrir que el planeta economía se había convertido en el centro y en torno a él giraban la cultura, la educación…”. “Ahora es tiempo de orbitar en torno al planeta de los cuidados desde la fuerza de la gravedad de la fraternidad, que es la que nos va a colocar a todos en su sitio”, aportó. El teólogo detalla que “cuando el Papa habla de fraternidad, no lo hace en clave intraeclesial, sino que está planteando una reconfiguración social”.
Una nueva forma de relacionarnos
Por su parte, Abraham Flores compartió como la pandemia supone una invitación a preguntarnos “cómo de prójimos estamos siendo con los demás”. “Se empieza a vivir una nueva forma de relacionarnos, en una clave más humana”, añadió, con el convencimiento de que el reto fundamental pasa por “reencontrarnos”.
“Que todas estas palabras y propuestas se conviertan realmente en configuradoras de ciudadanos y ciudadanas es una tarea educativa”, apostilló Laguna, poniendo el foco en la relevancia del Pacto Educativo Global convocado por el Papa y vertebrado en ‘Fratelli tutti’ y ‘Laudatosi’’. “La escuela cristiana tiene que ayudar a tomar conciencia a niños, adolescentes y jóvenes de que todos estamos en el mismo barco y que las desigualdades no son ajenas a nosotros”, completó Morán.