El Papa ha aceptado la renuncia del cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Una renuncia que llegó hace casi un año, el 15 de junio de 2020, cuando el purpurado cumplía 75 años, la edad con la que, según el Derecho Canónico, los prelados deben jubilarse.
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Tres días más tarde, Francisco confirmaba, en una carta firmada personalmente, que seguiría ejerciendo su cargo de acuerdo a la fórmula ‘donec aliter provideatur’; es decir, no renovando el cargo por otros 4 años sino hasta que el Papa decidiese lo contrario. Y ese día ha llegado hoy, 20 de febrero de 2021.
Oposición a Francisco
La figura del cardenal de Guinea Conakri ha sido una de las más polémicas de la curia romana en torno al Pontificado de Francisco. “Es estúpido decir que estoy contra el Papa”, se ha defendido Sarah en todo momento. Sin embargo, su oposición hacia él –al menos, en lo que a las reformas de Jorge Mario Bergoglio se refiere– se pusieron negro sobre blanco con la publicación, a principios de 2020, del libro ‘Desde lo más profundo de nuestros corazones’ (Fayard).
El documento, supuestamente escrito a cuatro manos con Benedicto XVI –si bien el secretario personal del papa emérito, Georg Gänswein, pediría unos días después que se retirase el nombre de Benedicto del libro– generó mucho revuelo mediático al ser interpretado como un ejercicio de presión para frenar una posible apertura del sacerdocio a los hombres casados, ya que salió al mercado escasos días antes de que el Papa publicara la exhortación ‘Querida Amazonía’.