El presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas ha participado esta tarde en el Foro sobre el currículo de la Enseñanza Religiosa Escolar
“La responsabilidad educativa de la Iglesia no es una iniciativa suya particular, sino que es intrínseca a su misión evangelizadora: si la Iglesia renunciara a educar, renunciaría a evangelizar, se negaría a sí misma”. De esta manera lo ha expresado esta tarde el cardenal Angelo Bagnasco, presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) durante su ponencia en la inauguración del Foro sobre el currículo de la Enseñanza Religiosa Escolar (ERE).
El Episcopado pretende con este proceso participativo inédito, que contará con otras tres sesiones de trabajo (2, 9 y 16 de marzo), sentar las bases para el nuevo currículo de la asignatura que demanda la nueva ley de educación (LOMLOE, conocida por todos como Ley Celaá). Tras la intervención del obispo de Lugo y presidente de la Comisión para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española, Alfonso Carrasco Rouco, que ha ofrecido “diálogo” al Gobierno, ha comenzado su alocución el arzobispo emérito de Génova, con una ponencia titulada ‘La tarea de la Iglesia en la educación’.
“Nuestras instituciones académicas, escuelas diocesanas, todo lugar de conocimiento de la fe y de elaboración del pensamiento –para los maestros sobre todo la escuela– son espacios privilegiados donde el Evangelio inspira el pensamiento y la razón estimula la fe”.
“Nos toca a todos nosotros –docentes, educadores, catequistas, comunidad cristiana– ayudar a los jóvenes a encontrarse a sí mismos, a abrir horizontes, a tener confianza, a resistir la indiferencia, a descubrir la belleza de la fe cristiana”, ha concluido el cardenal su amplía ponencia.