No se calman las cosas en Myanmar. En plena tensión, los 16 obispos que componen la Conferencia de Obispos Católicos de Myanmar han hecho un llamamiento a la “reconciliación a través del diálogo” en las celebraciones de la eucaristía de este domingo, 21 de febrero. Un llamamiento que está dirigido “a los que están en el poder para que se regrese al diálogo” expresando dolor y profunda preocupación “por la sangre derramada en las calles” y por “los tristes e impactantes hechos que tanto sufrimiento han causado a nuestra nación”.
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Soñando la paz
Los prelados lamentan las imágenes de “jóvenes que mueren en las calles”. “No permitamos que la tierra sagrada se bañe en sangre fraterna”, reclaman pidiendo que “cese la tristeza de los padres que entierran a sus hijos” ya que han muerto en las calles al menos 5 jóvenes y más de 500 están detenidos fruto de la represión de los militares, según publica la Agencia Fides. “Hace apenas un mes la nación tenía la gran promesa en su corazón: el sueño de una paz duradera y una democracia sólida. A pesar de la pandemia, la nación organizó elecciones y el mundo admiró la capacidad de gestionar nuestras diferencias internas”, reclaman los obispos.
“Myanmar puede ser borrado del mapa mundial si los problemas no se resuelven pacíficamente” advierten. “El uso de la violencia debe cesar urgentemente. Las lecciones del pasado nos enseñan que la violencia nunca gana. 70 años después de la independencia, los que están en el poder deben invertir en la paz. La paz curará a la nación, la paz es una oportunidad. La paz es posible y es el único camino”, reclaman los prelados birmanos. Asociaciones laicales han mostrado su apoyo a la líder Aung San Suu Kyi e incluso se han manifestando pidiendo su liberación.