“Aspiramos a una plena consideración académica de la asignatura de Religión”. Así de claro se ha expresado esta misma tarde el obispo presidente de la Comisión para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española, Alfonso Carrasco Rouco, durante su intervención en la inauguración del Foro sobre el currículo de la Enseñanza Religiosa Escolar (ERE).
“No podemos estar de acuerdo la la limitación de que no cuente para nota y solicitaremos formalmente al Ministerio que la evaluación de la asignatura de Religión no sufra este tipo de recortes”, ha asegurado el obispo, pues “todo debe ser evaluable” en el aula. Además, “la falta de consideración de la nota de Religión en las notas medias desprestigia la materia escolar y el trabajo de su profesorado”.
El Episcopado pretende con este proceso participativo inédito, que contará con otras tres sesiones de trabajo (2, 9 y 16 de marzo), sentar las bases para el nuevo currículo de la asignatura que demanda la nueva ley de educación (LOMLOE, conocida por todos como Ley Celaá). El también obispo de Lugo ha ofrecido “diálogo” al Gobierno ante la mirada del secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, que también ha asistido a la primera sesión.
Este evento servirá para que toda la comunidad educativa realice sus propuestas de futuro sobre la presencia una asignatura que, en palabras de Carrasco Rouco, “sigue teniendo vitalidad”.
“Necesitamos repensar el currículo de Religión desde la experiencia y la sabiduría de todos, para poner de manifiesto la razón de ser y la plena dignidad de la asignatura” , ha destacado el prelado.
En este sentido, ha hecho de nuevo un llamamiento a promover “la vía del diálogo” para lograr, ahora sí, un consenso social en el desarrollo de la LOMLOE. “Lamentamos que no se hubiese preparado la Ley sobre la base de un consenso más amplio, dando todo el protagonismo necesario a la sociedad. Seguimos teniendo en la actualidad aquella honda preocupación por que no se limite el derecho de las familias a la hora de elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos ni, por tanto, la libertad de enseñanza, que afecta a aspectos tan concretos como los conciertos, la educación especial, y la propia enseñanza de la Religión”.
Según Carrasco Rouco, “en estos momentos, nos parece oportuno reiterar, de nuevo, la importancia de que los próximos desarrollos de la ley se hagan en diálogo con todos los sectores implicados, para facilitar el encuentro de las soluciones mejores y, en general, para el bien de la educación en España”.
A partir de ahí, el obispo ha valorado de forma positiva el diálogo abierto con Isabel Celaá, como respuesta a la propuesta realizada desde la Comisión Episcopal para crear un área de valores morales y creencias para todos los alumnos. No obstante, “nos hubiera gustado que nuestra propuesta hubiera encontrado acogida en los planteamientos legislativos y que se hubiese logrado un mejor acomodo de la clase de Religión en el sistema educativo. El texto finalmente aprobado mantiene una situación ya conocida, que no es del todo satisfactoria para nosotros”.