Europa

Dolor en la Iglesia por el asesinato del embajador italiano en la República Democrática del Congo

El Papa recuerda el “testimonio ejemplar” y las “grandes cualidades humanas y cristianas” del diplomático, víctima de un ataque el lunes por parte de un grupo armado en el noreste del país





La muerte el pasado lunes de Luca Attanasio, embajador italiano en la República Democrática del Congo (RDC, antiguo Zaire), ha provocado una conmoción tanto en el Vaticano como en la Iglesia católica local debido al gran compromiso social del diplomático, que mantenía un trato frecuente con los misioneros que viven en este país africano. Attanasio fue asesinado en el ataque de un grupo armado no identificado a un convoy de Naciones Unidas. También fallecieron el carabiniere que lo acompañaba, Vittorio Iacovacci, y Mustapha Milambo, el conductor del automóvil en el que ambos viajaban por la región de Kivu Norte, al noreste de la RDC.



El papa Francisco envió anoche un telegrama al presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, en el que expresó sus condolencias por la muerte de Attanasio, Iacovacci y Milambo. “Recordemos el testimonio ejemplar del señor embajador, persona de grandes cualidades humanas y cristianas, siempre pródigo en tejer relaciones fraternales y cordiales”, subrayó el Pontífice en su mensaje de pésame. Consideró al embajador y al carabiniere dos “servidores de la paz y del derecho” y celebró su capacidad para promover las relaciones “serenas y cordiales” en el país africano.

Al comentar el atentado en el que perdió la vida el diplomático italiano, el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, denunció que la RDC sufre desde hace años una “devastación por razones económicas y geoestratégicas”. “El mundo no puede seguir callado frente a estas tragedias humanas”, clamó en Tv2000, la televisión del episcopado italiano, cuya radio, InBlu2000, entrevistó a Donatienne Nshole, secretario general de la Conferencia Episcopal del Congo.

Zona “fuera de control”

“Es una noticia terrible que induce a levantar la voz una vez más para pedir a las autoridades que logren un Congo seguro”, comentó Nshole, advirtiendo de que la zona donde tuvo lugar el atentado está “fuera de control”. En ella actúan “muchos grupos rebeldes”, existe una “economía criminal” y malviven alrededor de dos millones de refugiados y desplazados internos.

Giovanni Magnaguagno, sacerdote javeriano residente el Kivu Sur que el sábado anterior al asesinato había cenado con Attanasio, lo describió como a un “diplomático especial”. “No era solo un embajador atento a sus compatriotas. Era un amigo de todos los misioneros, a los que siempre ayudaba con gusto. A nosotros nos ayudó a abrir una lechería en las montañas para promover el desarrollo agrícola y crear trabajo”, declaró Magnaguagno al diario Avvenire.

Gran humanidad

“Vino varias veces a vernos y el año pasado se trajo a su mujer, Zakia. Los dos estaban muy comprometidos con los temas sociales, en particular se ocupaban de los chicos de la calle. Zakia sale por la noche para llevarles alimento y gestiona una pequeña organización” humanitaria, comentó el misionero, que dijo estar “muy dolido” por el asesinato de Attanasio.

En la misma línea se expresó la Comunidad de Sant’Egidio, con cuyos miembros el embajador había mantenido varios encuentros tanto en Roma como en Kinshasa. “Conocimos su gran profesionalidad y humanidad. En particular se apasionó por el programa Dream, con el que Sant’Egidio en África atiende a los enfermos de sida. No le resultaba ajena ninguna emergencia social, como el apoyo a los menores en dificultad o a los niños de la calle”, comentó en una nota la Comunidad, en la que calificó al diplomático de “hombre sensible y comprometido con el bien común”.

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Etiquetas: ItaliaRD Congo
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