“Le estaba esperando en la puerta, en cuanto le vi me llevé la mano al corazón y rompí a llorar”, es lo que ha sentido la superviviente del holocausto Edith Bruck y autora del libro ‘Il pane perduto’ (‘El pan perdido’) que ha recibido al papa Francisco este fin de semana en su casa de Roma. “Estuvimos juntos durante casi dos horas. Un encuentro extraordinario e inolvidable”, relata en una entrevista al diario italiano Avvenire.
Sensación de autenticidad
“Los supervivientes de la Shoah estábamos en primera fila y él había querido saludarnos personalmente, uno por uno. Había sido un intercambio de pocos momentos, pero ya me había impresionado. Recuerdo que, al estrechar su mano, tuve una sensación de autenticidad, de participación sincera”, relata Bruck que ya había conocido al pontífice en la visita de Francisco a la Sinagoga de Roma en 2016. “En más de una ocasión durante la conversación, el Papa volvió a pedir perdón por la persecución de la que había sido víctima el pueblo judío. Quiso regalarme una menorá y una edición bilingüe del Talmud de Babilonia, y yo le correspondí con un libro de mis poemas y con una obra inédita que pronto se publicará en una nueva colección”, añade la superviviente que descubrió que el Papa había leído su libro.
“Doy gracias a Dios por haberme salvado de la tentación del odio. Para mí es el sentido de toda la existencia: rehuir el odio, apiadarse de la vida en cada forma, en cada aliento, en cada latido”, sentencia Bruck a raíz de una carta a Dios que escribe en su libro. La despedida del Papa: “Me preguntó cuándo era mi cumpleaños: El 3 de mayo, respondí. ‘Entonces te volveré a ver’, me prometió”.