La Conferencia de Obispos del Perú ha fijado posición sobre el caso de Ana Estrada Ugarte, la primera persona en acceder a la eutanasia por un fallo del Ministerio Público. La mujer de 44 años, sufre desde los 12 años una polimiositis, enfermedad incurable y degenerativa, que la ha mantenido conectada a un respirador artificial.
Al respecto los prelados han señalado que “la eutanasia siempre será un camino equivocado” como tal “causa directamente la muerte de un ser humano y por ello es un acto intrínsecamente malo en toda ocasión y circunstancia”.
Desde el testimonio
Además agregan que “en estas circunstancias es valioso recordar el testimonio de tantas personas que han atravesado el misterio del dolor y de la enfermedad desde la vivencia de su fe, encontrando en ella el sentido a su sufrimiento, transformando la fría cama del hospital o de su casa en un auténtico altar”.
Han señalado: “Comprendemos el sufrimiento que Ana Estrada Ugarte viene atravesando a causa de su enfermedad, nos solidarizamos con ella, le ofrecemos nuestra oración y cercanía para que en medio del dolor y la angustia que le ha tocado vivir, abra su corazón a la fe, a la misericordia y al amor de Dios”.
Por ahora piden al gobierno se respete la Constitución, que “establece con claridad que el fin supremo de la sociedad y del Estado es la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad”.
Una medida inconstitucional
Los obispos ratifican que “ante este tipo de ordenanzas que pretenden legitimar la eutanasia o el suicidio asistido, todos debemos negar siempre cualquier cooperación formal o material inmediata y, en el total ejercicio de nuestros derechos ciudadanos”.
Advierten que toda esta situación legal es contradictoria con el derecho a la vida, por tanto “no se debe tolerar que un órgano del Estado peruano pretenda cambiar una norma constitucional y promueva acciones contra este sagrado principio”.
“Debemos exigir el respeto a la objeción de conciencia, también en el ámbito médico y sanitario, en salvaguarda de los principios de la ley moral natural, de la obligación de proteger la vida y asistirla hasta el final”, acotaron.
Foto: CEP