“A veces la prudencia debe estar desequilibrada para tomar decisiones que produzcan un cambio”. Este es uno de los consejos que da el papa Francisco en el libro-entrevista ‘Dei vizi e delle virtù’ (De los vicios y de las virtudes), publicado en italiano por la editorial Rizzoli y fruto sus conversaciones con el sacerdote Marzo Pozza, capellán de la cárcel de Padua (noreste del país).
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“Para algunos la prudencia sería una virtud pura, sin contaminaciones”, afirma el Pontífice. “Es como si fuera un ambiente esterilizado. Pero la prudencia es la virtud del gobierno. No se puede gobernar sin prudencia. Quien gobierna sin ella gobierna mal y hace cosas feas, toma malas decisiones que destruyen al pueblo”.
“La prudencia es una virtud esencial”
En sus conversaciones con Pozza, que serán transmitidas en televisión por el canal italiano Nove, Francisco advierte de que la prudencia en el ejercicio del poder no supone siempre buscar el equilibrio. “A veces la prudencia debe estar desequilibrada para tomar decisiones que produzcan un cambio. Pero la prudencia es una virtud esencial para quien gobierna: los hombres son pasionales y es necesario que haya algo que nos diga ‘Párate, párate a pensar’. No es tan fácil tener prudencia. Hace falta mucha reflexión, mucha oración pero, sobre todo, hace falta empatía”.
Tras incidir en la necesidad de mostrar empatía hacia “las situaciones, las personas, el mundo y los problemas”, el Pontífice subraya que la mayor parte de las personas son “una mezcla entre virtudes y vicios” y recuerda que “todos somos vulnerables”. “Es importante saberlo, como guía de nuestro camino y de nuestra vida”, afirma.
Las dudas de santa Teresita del Niño Jesús
“La ira es una tempestad cuyo objetivo es destruir”, advierte más adelante, poniendo como ejemplo el acoso escolar. “El único modo para curar el ‘bullismo’ es compartir, vivir juntos, dialogar, escuchar al otro y tomar tiempo porque es el que hace las relaciones. Cada uno de nosotros tiene algo bueno que darle al otro y necesita recibir algo bueno del otro”.
En ‘Dei vizi e delle virtù’, Jorge Mario Bergoglio también habla de las dudas sobre la fe. “Sucede porque somos humanos, y la fe es un don tan grande que, cuando lo recibimos no somos capaces de creerlo ¿Es algo posible? El diablo te plantea dudas, luego la vida, más tarde las tragedias. ¿Por qué Dios permite esto?”, pregunta el Papa, para responder a continuación: “Una fe sin dudas no va. Piensa en santa Teresita del Niño Jesús. ¿Cees que no tenía dudas?”.