“Debemos promover un humanismo pleno y compasivo a base de evangelización, no limitándonos al proceso formativo”. Así lo ha afirmado Pedro Huerta Nuño, secretario general de Escuelas Católicas, durante su intervención hoy en la segunda sesión del foro de la Comisión para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española (CEE) sobre la asignatura de Religión.
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Tal como ha subrayado Huerta, esta educación debe ser, en definitiva, “un movimiento circular de debate y transformación del entorno, que nos abra a las periferias geográficas y existenciales“, que sea capaz de incorporar, además, “un estilo que vaya más allá del aprender a aprender para llegar al aprender a interpretar”.
“El Pacto Educativo Global propuesto por el papa Francisco”, ha continuado Huerta, “pone un acento especial en recuperar la relación con el entorno natural y humano”. En esta perspectiva, “la escuela católica no puede ignorar este desafío: tiene que haber diferencia y manera de relacionar lo diferente mediante la palabra y la acción solidaria”.
Evangelio vivo
De hecho, para el secretario general de Escuelas Católicas, los desafíos que presenta para la escuela católica el mundo actual “nos obligan a responder desde la apertura, el encuentro, el diálogo y la búsqueda en común“. Asimismo, “nos plantean el primer reto: reconocer el valor de los otros modelos educativos”.
Un contexto, además, en el que “han tenido que llegar momentos de discernimiento sobre su continuidad y viabilidad para que las eclesiales que sostienen la escuela católica para dar de nuevo forma al evangelio vivo que siempre ha querido presentar ante el mundo”.