Durante sus tres días de estancia en el país árabe, en los que pronunciará 7 discursos y homilías, Francisco utilizará un vehículo blindado y solo llevará un coche abierto en el estadio de Erbil
La visita que el papa Francisco comenzará este viernes a Irak, donde permanecerá hasta el lunes, supondrá “un viaje distinto” de los que ha realizado hasta ahora en sus ocho años de pontificado. Matteo Bruni, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, insistió en esta idea durante la presentación este martes de la estancia del Pontífice en el país árabe, que estará marcada por la pandemia de coronavirus y la inseguridad que vive Irak tras años de guerra civil y ocupación militar extranjera.
“Será un viaje diferente a lo que estamos acostumbrados”, comentó Bruni, que aseguró que se tendrán en cuenta todas las prevenciones para tratar de evitar los contagios. “A excepción de Erbil, donde presidirá la misa en el estadio, en el resto de encuentros habrá pocas personas. Y será difícil verle por la calle, porque irá en un automóvil cerrado. Será en cierta forma un viaje virtual para muchos iraquíes, aunque podrán verlo por la televisión y saber que está allí con ellos”.
El Papa, aseguró el portavoz vaticano, quiere estar junto a “la gente que ha sufrido” y acompañar a los cristianos de la región. “Desea que el viaje sea una señal de apertura para esas comunidades, a cuyo entusiasmo por la visita quiere corresponder”, dijo Bruni, invitando a interpretar el viaje como un “acto de amor por esta tierra, su gente y los cristianos”. Ello no impide que se tengan en cuenta los riesgos, por lo que es “probable” que Francisco utilice un automóvil blindado durante sus desplazamientos en el país árabe. Solo circulará con un vehículo abierto dentro del estadio de Erbil, donde se celebrará una misa con hasta 10.000 fieles.
Durante los tres días que permanecerá en Irak, el Pontífice pronunciará 7 discursos y homilías, utilizando el italiano en todas sus intervenciones. Francisco conocerá de primera mano algunos de los lugares que han sufrido la violencia terrorista contra los cristianos, como la catedral sirocatólica de Bagdad, donde fallecieron 48 personas en 2010, y la iglesia de la Inmaculada Concepción de Qaraqosh, que fue devastada por el grupo yihadista Daesh.
Otro de los grandes momentos del viaje será el encuentro que el Papa mantendrá en Nayaf, ciudad santa para los chiíes, con el gran ayatolá Ali Al-Sistani, máxima autoridad religiosa de esta comunidad musulmana en el país. Bruni dijo que se trata de una “visita de cortesía”, por lo que no está previsto que Francisco y Al-Sistani firmen la Declaración sobre la Fraternidad que el Pontífice suscribió hace dos años en Abu Dhabi con Ahmad Al-Tayyeb, gran imán de Al-Azhar y figura de referencia para los sunníes.