La secretaria general de Cáritas, Natalia Peiró, participa en el programa de Formación para el Clero de la diócesis de Ávila y analiza las consecuencias socioeconómicas de la pandemia
La secretaria general de Cáritas España, Natalia Peiró, ha participado este lunes, 1 de marzo, en las propuestas Formación Permanente del Clero de la diócesis de Ávila. Un encuentro en el que Peiró ha presentado las consecuencias sociales de la pandemia del coronavirus. Como muestra, la dirigente confirmó que la entidad está multiplicando por tres el dinero invertido en proyectos para necesidades básicas de los usuarios.
Desde que comenzó la pandemia, aumentó un 57% el número de personas atendidas por Cáritas en toda España. “Se ha hablado mucho de las colas del hambre. Hemos intentado continuar con la dignificación de esa entrega, intentando proveer a muchas familias de tarjetas prepago para que ellas hicieran sus compras y así evitar esas colas y el estigma social”, ha destacado Peiró.
“Hemos trabajado por la paralización de cortes de suministros. Seguimos trabajando para que las leyes reconozcan que el derecho a la vivienda incluya un derecho a la energía para mantener las condiciones de habitablidad dignas”, señaló la secretaria denunciando el aumento de la ‘pobreza energética’. La vivienda o el empleo son otras de las necesidades cuya demanda ha aumentado en estos meses, con las consecuencias que estas carencias tienen para la salud mental de los usuarios.
Para Peiró, “esta crisis nos ha mostrado la importancia de la familia, de vida sencilla. Pero no ha sido igual para todos. Las personas con niños o en situación de dependencia lo han tenido mucho más difícil”. Por ello ha hecho un llamamiento al y trabajo en red para atender todas las necesidades y combatir cuestiones como la brecha digital.
Un ejemplo de red es el trabajo con las administraciones. “La relación con el Gobierno ha sido muy intensa por causa de la necesidad que las administraciones tenían con nosotros. Pero la capacidad de escucha ante lo que les proponíamos ha sido muy limitada. Hay muchas cosas que se podrían haber hecho de otra manera”, lamentó Peiró. Sin embargo, Cáritas se implicado a fondo a pesar de la escasez de recursos pero gracias a la implicación de los 85.000 voluntarios.