El próximo fin de semana, los días 6 y 7 de marzo, se celebrarán de manera telemática las XXIII Jornadas Agustinianas, que este año están dedicadas a analizar el papel de la mujer en la Iglesia. Una cita de debate teológico que presenta en Vida Nueva el agustino Enrique Somavilla Rodríguez, académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, director del Centro Teológico San Agustín y Rector Real Centro Universitario Escorial-María Cristina; entidades que organizan esta cita.
PREGUNTA.- ¿Por qué las jornadas de este año están dedicadas a la mujer?
RESPUESTA.- Hemos tratado siempre desde la Junta de gobierno del Centro Teológico San Agustín, buscar temas de interés social, de intenso debate y en la medida de posible de suma actualidad. De esta manera, en los últimos años, la orientación y realización de las Jornadas Agustinianas, se dedicaron a: ‘los agustinos en el mundo de la cultura’ (2017); ‘los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’ (2018); ‘el transhumanismo en la sociedad actual’ (2019); ‘eutanasia, ¿desafío a la vida?’ (2020); y el próximo ‘el papel de la mujer en la Iglesia’ (2021).
Creo que el hecho del nombramiento, hace unos días, de los nuevos subsecretarios del Sínodo de los Obispos, por el Santo Padre, en las personas de Luis Marín de san Martín, OSA, y la hermana Nathalie Becquart, religiosa javeriana, clarifican como se van marcando los tiempos. El tema del feminismo como el de la igualdad de género están presentes en todos los foros de la sociedad española.
P.- ¿Cuál es la propuesta que el Centro Teológico San Agustín trae en esta ocasión ya que en el programa hay una gran variedad de ponentes de diferentes perfiles?
R.- Siempre hemos buscado, que las ponencias respondan a las diferentes sensibilidades, opiniones, recogidas desde los diversos puntos de vista. Está meridianamente claro que siempre con la fidelidad a la doctrina de la Iglesia, teniendo en cuenta los signos de los tiempos. Las ponencias vienen representadas por mujeres y hombres comprometidos, desde el mundo de la universidad, como son la Universidad Francisco de Vitoria; la Autónoma de Madrid, la de Deusto, la de Sevilla, la Complutense y la Pontificia de Salamanca.
Igualmente los temas abordados están relacionados con el papel de la mujer en la Iglesia, que abarcan conceptos bien amplios como son el compromiso social; la formación y mayor preparación de la mujer del siglo XXI; el lugar que ocupan desde el cristianismo en sus orígenes; la mujer y el feminismo desde una perspectiva eclesial; un acercamiento a figuras femeninas en la historia de la Iglesia hasta la actualidad; la vocación y misión de la mujer hasta llegar a las mujeres en la Sagrada Escritura, muchas veces no conocidas por todos.
P.- ¿Qué visión puede ofrecer la Teología sobre el papel de la mujer en la Iglesia?
R.- Yo recogería los planteamientos de los grandes pontificados, desde el Concilio Vaticano II: los de san Pablo VI, san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, aportando cada uno de ellos sus matices personales. Sin duda, en tiempos de Jesús, la mujer no era considerada para nada, tanto a nivel social como religioso. Aquella era una sociedad de varones. La mujer, en aquel momento, tenía tres objeciones fundamentales: no podía acceder a la instrucción religiosa; no se le aceptaba su testimonio en el entramado jurídico judío y no podía conversar en público con ningún hombre. Esto acarreaba la inaccesibilidad al estudio de la Torá y de la Ley, además de la imposibilidad de participar en el culto ritual y en las fiestas religiosas públicas y quedaba continuamente sometida a los ritos de purificación.
Esta herencia, que se ha mantenido durante siglos, gracias a Dios, hoy ya está ampliamente superada. Eso no significa que puedan existir elementos todavía discordantes, pero en absoluto poseen fuerza para deshacer lo ya iniciado y asumido.
Hoy en día, nos es suficiente con acercarnos a cualquier comunidad cristiana y comprobar la laboriosidad de las mujeres, comprometidas en el día a día: en el contexto de la vida y la misión de la Iglesia; el ejercicio del sacerdocio común de los fieles; están presentes en el apostolado litúrgico; en el ejercicio de las catequesis, en todas sus etapas; en la formación religiosa de los distintos grupos de reflexión; en la dirección de obras asistenciales de la Iglesia, como puede ser Cáritas y Manos Unidas, etc.; sin dejar de lado la especialización en los estudios de la Sagrada Escritura, en la Dogmática y otras especialidades; en la presencia en las universidades de la Iglesia como Rectoras, que conozco varios casos, en los tribunales eclesiásticos, en los consejos pastorales y de economía de las diócesis y parroquias, incluso en la propia Santa Sede. Estos son pasos importantes, decisivos y comprometidos.
P.- Tras un camino de 23 años, ¿qué pueden aportar estas nuevas jornadas (telemáticas en esta ocasión) en el pensamiento agustiniano?
R.- Es una pena que no podamos hacer estas Jornadas de forma presencial. El año pasado, a pesar de las circunstancias, así lo hicimos. Eran momentos de mucha tensión por la desinformación que existía respecto a la famosa pandemia. No tuvimos, gracias a Dios, ningún caso, derivados de aquella presencialidad. Además, concluía el mismo 8, día Internacional de la mujer. Siempre hemos celebrado las Jornadas en el primer fin de semana de marzo. Es prácticamente el inicio de segundo cuatrimestre con lo que se viene con fuerzas renovadas, por parte de profesores y alumnos.
La verdad es no lo teníamos claro realizarlas de manera online o remoto. Esperemos que todo salga bien con la ayuda de todos, porque esto de las nuevas tecnologías y tanto trabajo en remoto de empresas, instituciones financieras, centros de enseñanza, especialmente algunas universidades, etc., no siempre las diferentes conexiones funcionan adecuadamente bien. Nosotros, institucionalmente, hemos sido siempre abiertos de pensamiento, buscando la verdad y como nos decía nuestro Padre san Agustín, “la verdad no es tuya ni mía para que pueda ser tuya y mía”. Creo honestamente que fuimos de los primeros en aplicar la vivencia de la espiritualidad y el pensamiento agustiniano a los laicos, seglares, que formaban parte de nuestros círculos, tanto en los Colegios, Parroquias, y Centros de formación, donde ya hay profesoras que imparten materias y en las Fraternidades agustinianas.
Esto requiere un gran paso, un enorme desafío y un formidable reto, tras el largo recorrido realizado durante casi 25 años. Hemos contado con la presencia de cardenales, arzobispos y obispos en nuestras eucaristías, este año dadas las circunstancias no podrá ser. Los lugares tradicionales de estos encuentros han sido el Colegio san Agustín de Madrid, la Residencia fray Luis de León de Guadarrama, el Colegio Mayor san Agustín y este año hubiera sido el Real Centro Universitario Escorial-María Cristina, pero las circunstancias mandan. De hecho, la coordinación con Hilario Conde de Pedro, OSA, secretario general del mismo, lo haremos desde María Cristina
P.- ¿Qué ‘manifestación’ de público esperan reunir en estas jornadas que precisamente se celebran en los días previos al 8 de marzo?
R.- No es fácil establecer el número de asistentes, al ser unas Jornadas telemáticas. En las ediciones anteriores se situaban alrededor de 90-100 personas: profesores, alumnos, religiosos, religiosas, seglares, laicos. Probablemente se conecten muchas más personas, que las que realmente se hayan apuntado. Hemos procurando hacer amplia publicidad de las que se inscriban oficialmente, pues unas a otras, podrán enviarse el enlace, pero el hecho de realizarse en remoto, me parece que no ayuda demasiado. Es una opinión muy personal.
También una tradición de las Jornadas era entregar las Actas del congreso, en el momento de la recogida de la documentación, pero este año, aunque el libro ya está listo, como de costumbre, habrá que enviárselo cada inscripto. También esperamos alguna sorpresa que no está en el programa y que ojalá pueda llevarse a cabo. Y es que el obispo Luis Marín de san Martín, OSA, intervendrá para presentar a Sor Nathalie Becquart, javeriana, que nos saludará a todos los participantes.
P.- ¿Qué son los Estudios Superiores de María Cristina?
R.- El Real Centro de Estudios Superiores del Escorial fue fundado por Felipe II y refundado en 1892 por la Reina Regente Dña. María Cristina de Habsburgo y Lorena como Real Centro de Estudios Superiores. Nuestro centro forma parte del entorno arquitectónico monumental del Real Monasterio de El Escorial, somos depositarios y continuadores de la tradición cultural y de estudio que lo caracteriza desde su fundación en el siglo XVI.
Por circunstancias de la historia, pero sin renunciar nunca a su condición originaria, el centro es actualmente Colegio Mayor y Centro universitario adscrito de la Universidad Complutense de Madrid. Porque el RCU El Escorial – María Cristiana es un centro de Estudios Superiores, ante todo, con vocación de servicio, con dedicación exclusiva a la Enseñanza universitaria y con un gran espíritu de libertad de cátedra, desde sus inicios y que la Orden de san Agustín, ha mantenido ininterrumpidamente, desde su fundación en 1892 hasta nuestros días, con la única excepción de los avatares de la II República española y la Guerra civil.
Nuestro deseo es seguir avanzando en la consecución de los objetivos que se han propuesto, durante toda su trayectoria histórica, para que nuestro RCU El Escorial – María Cristina, ahonde, clarifique y potencie toda su capacidad de respuesta ante los retos y desafíos de una sociedad distinta, con la aportación de nuestros valores, ideario e interés. No dejamos de ser un centro confesional católico y debemos tener en cuenta esta dimensión dentro de toda nuestra opción personal y corporativa.
Deben aparecer claramente las divisas de una acción educativa proactiva y desarrollando acorde con los tiempos, técnicas, capacidades y habilidades para ponernos en una nueva panorámica moderna y actual. Nuestra cosmovisión del mundo, de nuestra sociedad y de misma universidad, nos ha hecho cambiar nuestra particular visión de la realidad, incluso hacer tambalear muchos paradigmas, que ya no son capaces de dar el sentido adecuado y profundo al que ya estábamos acostumbrados y la clarificada respuesta a las necesidades que se han ido presentado durante este momento histórico tan inestable como inseguro.
En la actualidad nuestra oferta académica mantiene los grados de ADE y Derecho, máster para el acceso al ejercicio de la abogacía, que colabora ‘Economist and Jurist’, como adscritos la Universidad Complutense y el grado de Teología, afiliado a la Universidad Pontificia de Salamanca. Además, el título propio de Quiropráctica en el Grado y máster.