“Como nuncio, cuando visitaba los pueblos de Irak pensaba que no había encontrado tanto amor y fe en Occidente”. Estas han sido las palabras del cardenal Fernando Filoni, gran maestre de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén y ex prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, en una entrevista con Obras Misionales Pontificias con motivo de la visita del papa Francisco a Irak, que comenzará mañana, 5 de marzo.
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Filoni formará parte de la comitiva papal en el viaje del Santo Padre, amén de su experiencia en el país, del que fue nuncio apostólico entre 2001 y 2006. De hecho, el purpurado permaneció en Bagdad durante la guerra de 2003. Sin embargo, Filoni volvería a Irak casi una década después, representando al Papa en en 2014 y 2015, para mostrar su cercanía y afecto a los cristianos que tanto estaban sufriendo a causa del ISIS. Fruto de toda su experiencia, el cardenal escribiría el libro ‘La Iglesia en Irak’, publicado en español por la BAC.
“El verano de 2014 fue dramático para la población del norte de Irak”, ha relatado Filoni. “La proclamación en Mosul del califato por parte de Abu Bakr al-Baghdadi dio lugar a la expulsión de todos los cristianos de la ciudad de Mosul y de la llanura de Nínive; miles de personas se vieron obligadas a huir sin nada más que la ropa que llevaban puesta; no se tuvo en cuenta a los ancianos, los niños, las mujeres y los enfermos. Fue un verdadero éxodo bíblico”, explica. Sin embargo, tal como ha apuntado Filoni, “algo peor le ocurrió a la comunidad yazidí de las montañas de Sinjar. Los que no habían huido fueron asesinados y las mujeres vendidas como esclavas”.
La visita del Papa: un paso adelante
Ante la terrible situación, el 10 de agosto del mismo año, el papa Francisco envió al cardenal como su representante personal a Irak (coincidiendo con el viaje del Pontífice a Corea). “La misión consistía en encontrarse, hablar, ver, alabar, rezar y solidarizarse por los muchos sufrimientos indecibles infligidos por el fanatismo islámico del Isis”, ha dicho, asegurando que aun hoy conserva “recuerdos y visiones impactantes”. “Pero también tengo recuerdos de personas extraordinariamente dignas que, ante lo inadmisible, fueron capaces de reorganizarse para atender las primeras necesidades y mantener viva su confianza en Dios”, asevera. “Me edificó mucho su fe, moderada por las innumerables pruebas afrontadas a lo largo de los siglos para mantener viva su herencia espiritual”, ha añadido.
En cuanto al significado de esta visita de Francisco, Filoni considera que es “un paso hacia adelante, tanto respecto a la justificación ‘política’ de la guerra como a la teorización ‘religiosa’ hacia un pasado”. Así, la dimensión elegida en Abu Dhabi, para Filoni, “encuentra un terreno fértil en el Irak de hoy, el del diálogo, la fraternidad y el derecho, porque toca la paz ‒más aún en un país atormentado por las guerras y la guerrilla y en una región afligida por los contrastes‒ y la convivencia común, basada en la dignidad, los deberes y la igualdad de derechos de todos los seres humanos: elementos que, sin embargo, deben ser asimilados culturalmente y puestos en práctica, tanto en el ámbito católico-cristiano como en el islámico y el político”.
