La llamada ‘Revuelta de Mujeres en la Iglesia’ reajusta las movilizaciones que tenían previstas para el próximo domingo 7 de marzo. Es su respuesta a la decisión de la Delegación del Gobierno de Madrid que ha prohibido todas las movilizaciones en torno al Día Internacional de la Mujer ante la emergencia sanitaria del coronavirus.
Si en un principio estaba prevista una concentración a las puertas de la catedral de la Almudena como el año pasado, las organizadoras de la cita han optado por trasladar su evento al interior de la iglesia de San Carlos Borromeo de Entrevías, donde tendrá lugar un acto reivindicativo y de esperanza que tendrá aforo limitado y se retransmitirá por streaming.
“Nos hemos visto sorprendidas por la decisión, pero hemos tenido capacidad de reacción porque sabemos que estamos en un contexto de pandemia”, explicó Pepa Monleón, laica de Iglesia de Base. “Vamos a ser rigurosísimas en el aforo limitado, dos personas por banco y con puertas abiertas, porque estamos luchando a tope con nosotros contra la pandemia”, añadió la religiosa Pepa Torres, que garantizó que “no seremos más de cien personas”.
“Será una performance ritual con profundidad y hondura”, adelantó sobre el evento que al ser en el interior del templo no tendrá que comunicarse a Delegación del Gobierno. En relación al resto de convocatorias en España, no se pronunciaron sobre cuál será la decisión tomada, “pero imaginamos que las compañeras también estarán buscando alternativas”, compartió Torres.
En cualquier caso, lo que no modificarán son sus denuncias. Precisamente desde el templo madrileño de san Carlos Borromeo, dieron a conocer esta mañana su manifiesto en el que se definen como “creyentes, feministas y luchadoras”. Desde ahí, apuntan como quieren reforzar su compromiso “en tiempos de pandemia que agudiza aún más la pobreza y precariedad de las mujeres”. ¿La meta? “Hasta que la igualdad, la justicia y el cuidado de la casa común se hagan costumbre”, apuntan en el documento que leyeron.
“Somos un motor de cambio imprescindible”, expresan también en el texto, en el que denuncian “la profunda discriminación que vivimos las mujeres en la Iglesia”. “¡Basta ya!”, gritaron a coro las participantes en esta convocatoria con los medios, en la que además hicieron un gesto compartido de partir el pan.
Entre las reivindicaciones del colectivo, se repiten las mismas demandas de la convocatoria de 2020. Así, reclaman tener voz y voto, poder decidir, predicar y celebrar en una Iglesia igualitaria, así como repensar la moral sexual desde la misericordia y la ternura. También demanda el fin de la explotación y violencia sobre las mujeres dentro y fuera de la Iglesia. En esta misma línea, claman por el reconocimiento de la teología feminista y eliminación del lenguaje sexista de textos, manuales de enseñanza y rituales.
Sobre el grado de representatividad del colectivo, Pepa Torres explicitó que “nos representamos a nosotras mismas, pero recogemos el sentir de mujeres de la Iglesias”. Eso sí, explicitó que forman parte de la red internacional ‘Voices of faith’. Monleón comentó que “somos enormemente cuidadosas siempre que hablamos de representación porque hay mujeres que comparten nuestros anhelos, pero que no lo expresan nítidamente, pero también hay otras que no”. En esta misma línea, subrayó que “no nos arrogamos ninguna representación: “Nunca decimos que somos representantes de las mujeres de la iglesia, sino mujeres en la Iglesia y formamos parte intrínseca”.
Durante la rueda de prensa, también confirmaron que le han enviado una carta al Papa Francisco. “No es una carta abierta, sino una misiva personal a él que hemos enviado por distintas vías. No queremos hacerla pública hasta que no tengamos certeza de que la ha recibido”, comentó Teresa Casillas, de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, que sí desveló que “las peticiones que le hacemos son las que se incluyen en nuestro manifiesto de forma más detallada”. “La carta va acompañada de propuestas más sistematizadas a modo de anexo, que llevan el aval de todos los grupos que forman parte de La Revuelta”, compartió Monleón que sugirió la convocatoria de un Sínodo de Mujeres en la Iglesia para 2022. Es más, confían en que la recepción de la carta por parte del Pontífice anime a entidades como la UISG o la CONFER a sumarse a sus propuestas.
Por su parte, Torres añadió que “entendemos que el Papa Francisco es un aliado”, a la vez que “los cambios siguen resultándonos insuficientes, aunque son signo de esperanza”. En este sentido la religiosa alabó a Jorge Mario Bergoglio por ser “el primer obispo de Roma que se ha hecho cargo de las denuncias de explotación de las mujeres en la Iglesia” . Con este punto de partida animó al Papa a continuar “con cambios estructurales desde arriba y, nosotras, desde la base”.
En cuanto a su relación con los obispos, Casillas destacó que han abierto una vía de diálogo con el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. “Esta semana no nos ha podido recibir, pero hemos dado pasos para que ese encuentro se dé”, añadió.