“Quisiera dar las gracias de corazón a todas las mujeres valientes que siguen dando vida, a pesar de los abusos y las heridas”, ha dicho Francisco
“Quisiera dar las gracias de corazón a todas las mujeres, especialmente a las de Iraq, mujeres valientes que siguen dando vida, a pesar de los abusos y las heridas. ¡Que las mujeres sean respetadas y defendidas! ¡Que se les dé atención y oportunidades!”. Con este mensaje en Twitter, todavía desde tierras iraquíes, se ha unido el papa Francisco este 8 de marzo al Día Internacional de la Mujer.
El Francisco saca una vez más la cara por las mujeres. En el Vídeo del Papa de octubre, ya habló claro sobre su papel en la Iglesia: “A ninguno lo bautizaron cura u obispo. A todos nosotros nos bautizaron como laicos. Laicos y laicas son protagonistas de la Iglesia. Hoy, es especialmente necesario ampliar los espacios con presencia relevante femenina en la Iglesia”.
Y añadía: “Con presencia laical se entiende, pero subrayando lo femenino, porque las mujeres suelen ser dejadas de lado. Hemos de promover la integración de las mujeres en los lugares donde se toman las decisiones importantes”, insistía el Papa.
Francisco pedía entonces a todos los cristianos rezar par que, “en virtud del bautismo, los fieles laicos, y las mujeres de una manera especial, participen más en instancias de responsabilidad en la Iglesia sin caer en los clericalismos que anulan el carisma laical”.
El Pontífice nombraba en febrero a la religiosa javeriana francesa Nathalie Becquart subsecretaria del Sínodo de los Obispos, la convertía así en la primera mujer que votará en una asamblea sinodal.
Solo un mes antes, Jorge Mario Bergoglio modificaba el Código de Derecho Canónico para que las mujeres pudieran ejercer como acólitas y lectoras a través de la carta apostólica en forma de motu proprio ‘Spiritus Domini’.
“Los laicos que tengan la edad y las habilidades determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser empleados permanentemente, mediante el rito litúrgico establecido, en los ministerios de lectores y acólitos; sin embargo, esta concesión no les da derecho al sustento o remuneración de la Iglesia”, reza el citado párrafo ahora que antes especificaba que era un servicio reservado a varones.
Por tanto, se trata de un cambio histórico, en tanto que a partir de ahora ellas tienen funciones en el altar. Según palabras del propio Bergoglio en su misiva, este cambio obedece a un “desarrollo doctrinal que se ha logrado en los últimos años”.