El Vaticano recuerda que es el obispado de Bilbao el encargado de castigar al cura que justificó el terrorismo de ETA. El papa Francisco asegura que reza por “todas las víctimas” en una carta de respuesta a la misiva de una asociación de guardias civiles que le pedía condenar la “connivencia” de algunos sacerdotes con la banda.
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La Secretaría de Estado del Vaticano asegura “la cercanía y la oración del Santo Padre por todas las víctimas”. Del mismo modo, informa que “el propio Ordinario tiene la competencia en primera instancia para valorar cualquier infracción por parte de un clérigo, como se ha hecho en este caso, pudiendo el clérigo recurrir la decisión en el modo que prevé el derecho”, recoge la carta que el nuncio Bernardito Auza ha hecho llegar a APROGC.
Por su parte, APROGC ha expresado su “agradecimiento a Su Santidad por esta respuesta, agradeciéndole su cercanía y su comprensión”, según un comunicado hecho público hoy mismo por la asociación presidida por Begoña Uña.
El cura fue apartado
El papa Francisco recibió la carta enviada el pasado 15 de diciembre tras el caso del párroco de Lemona (Vizcaya), quien participó en un documental en el que restaba gravedad a los actos terroristas e incluso llega a justificarlos, por el que acabó apartado de sus actividades pastorales.
Bernardito y Uña mantuvieron una reunión el 8 de febrero en Nunciatura, tras la que la asociación de guardia civiles agradeció también la “cercanía” del nuncio, que ha mostrado interés por las “inquietudes” de la Guardia Civil.
APROGC lamentaba en la misiva que dentro de la Iglesia “se justifique y aplauda a una banda de asesinos, sin entender como esa parte del clero vasco sigue humillando a las víctimas, cuando debería prevalecer el consuelo y el aliento necesario para superar esta triste etapa de nuestra historia”.
“Actitudes impropias”
En la citada carta, la asociación justificaba su petición apelando al carácter “inflexible” de Jorge Mario Bergoglio “contra actitudes impropias del personal de la Iglesia”. Asimismo, subrayaban que el de este sacerdote de Vizcaya “no es un caso aislado”, sino que “una serie de sacerdotes también de la Iglesia vasca han salido en su defensa, y con discursos similares”.
La misiva recalcaba que el Papa “no puede dejar pasar” esta actitud de los sacerdotes hacia los terroristas, “sus fines exterminadores y sus métodos crueles”. “Se lo pedimos, se lo rogamos”, aseveraban, ya que “muchos fueron los sacerdotes del País Vasco que ayudaron, encubrieron, aplaudieron, y sonrieron a los asesinos de ETA. Y lo más grave: sigue ocurriendo hoy en día, en pleno 2020”.
Además, la asociación recordaba el “daño incalculable” que ETA causó a la sociedad española con sus 857 víctimas mortales, entre las que se encuentran más de 200 guardias civiles y “22 niños inocentes”.
“Como máximo exponente de la Iglesia católica, solo le pedimos dos cosas. En primer lugar, comprensión y cercanía a tanto dolor de tantos guardias civiles y sus familias. Y, en segundo lugar, la adopción de medidas correctoras contra esos párrocos que manchan el nombre de la Iglesia” con su “abominable comportamiento público de aplauso a los asesinos”, que resulta “incompatible con el ejercicio del sacerdocio”.