Mientras los poderes militares tratan de hacerse con las instituciones de Myanmar, varias religiosas se resisten a dejar al pueblo en sus manos. A gestos como el de la hermana Ann Rosa Nu Tawng que se enfrentó a las fuerzas de seguridad el pasado 28 de febrero arrodillándose frente a los militares impidiendo que se abriera fuego; se suman muchos otros.
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Movilizaciones por todo el país
Ante la huelga general celebrada este 8 de marzo, la religiosa javeriana repitió el mismo gesto en Myitkyina, suplicando a los agentes de policía que no dispararan a los civiles desarmados. Además, el el obispo Daw Tang y otra religiosa ayudaron a mediar entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes antigolpistas, lo que no evitó algunos movimientos de represión, produciéndose 2 muertos y varios heridos, según informa UCA News.
Las religiosas han desempeñado un papel importante en las protestas antigolpistas de todo el país, marchando por las calles, rezando en los conventos y presentándose ante las iglesias para expresar su solidaridad con el pueblo de Myanmar. Por ejemplo, en febrero, las Hermanas de San José de la Aparición se acercaron a los manifestantes y les ofrecieron bebidas y aperitivos. También visitaron a dos familias de Mandalay, segunda ciudad del país, donde dos budistas fueron asesinados por las fuerzas de seguridad, para consolarlas y rezar por sus difuntos.
El 6 de marzo, Hermanas de la Caridad se acercaron a 6 familias de Monywa, en el centro de Myanmar, para rezar por los fallecidos y proporcionarles arroz y aceite para cocinar. Otras han marchado junto a laicos pidiendo una solución pacífica a la crisis. A pesar de que los líderes eclesiásticos pidieron a los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas que no salieran a la calle, muchos han mostrado actos de unidad con el pueblo de Myanmar.