El Vaticano ha presentado esta mañana el Año Familia Amoris Laetitia, con el que espera frenar “la emergencia vocacional al matrimonio que hoy vivimos”, como ha afirmado Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Este año especial convocado por el papa Francisco comenzará mañana, 19 de marzo, en la solemnidad de San José y en el quinto aniversario de la publicación de exhortación postsinodal.
Gambino espera que este tiempo sirva para “poner en diálogo a los agentes de pastoral de los diferentes ámbitos, actuando con espíritu sinodal”. Así, ha indicado que este año especial es “un signo de una Iglesia que quiere crecer, hacerse adulta, que no se contenta con usar métodos viejos e ineficaces, porque sabe involucrarse por amor a la familia”. Y se ha preguntado: “¿Son las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y nuestras estructuras eclesiales adecuadas para la vida concreta de las familias?”.
Así, ha insistido en que en la pastoral familiar “ya no podemos dar nada por sentado”. “Hay un gran deseo por una familia, pero mucho miedo ante la elección del matrimonio. La Iglesia debe estar preparada, adentrarse con delicadeza en los asuntos más delicados de las familias, sabiendo acompañarlos. Partir de nuevo desde los cimientos de la fe para llevar a los niños y jóvenes a descubrir la belleza de una vocación: el matrimonio”, ha añadido.
El Dicasterio pide la colaboración de toda realidad eclesial en este año. Ellos, a su vez, participarán activamente en la difusión de algunas herramientas pastorales para familias, parroquias y diócesis.
Por su parte, el cardenal prefecto del Dicasterio, Kevin J. Farrell, ha señalado en rueda de prensa que, pese a la pandemia, “los cristianos no podemos paralizarnos”. Por eso, “es muy oportuno dedicar todo un año pastoral a la familia cristiana, porque presentar al mundo el proyecto de Dios para la familia es fuente de alegría y esperanza. ¡Eso es realmente una buena noticia!”, ha señalado.
Para el purpurado, es el momento de que toda la Iglesia “asuma ‘Amoris laetitia’, fruto de un largo camino sinodal. Este año es una oportunidad para hacer madurar los frutos de este camino, no solo en los diversos contextos eclesiales, sino en las propias familias”, porque la exhortación contiene “sugerencias de caminos pastorales, incluso prácticos, que no deben caer en saco roto”.
Durante su intervención, Farrel ha recalcado que “las familias necesitan cuidado pastoral, dedicación”. “En la pastoral ordinaria, de hecho, para muchos temas todavía estamos en una etapa inicial: estamos pensando en acompañar a parejas y familias en crisis, en apoyar a los que se quedan solos, a las familias pobres, desintegradas. Muchas familias necesitan ayuda para descubrir en los sufrimientos de la vida el lugar de la presencia de Cristo y de su amor misericordioso”, ha añadido.
En relación a la renovación pastoral a la que empuja el Pontífice, el cardenal ha insistido en que esta debe aplicarse a la pastoral familiar en tres aspectos:
Dirigiéndose a los los sacerdotes, Farrel ha señalado que este año necesitará pastores que “acepten la invitación del Papa con generosidad y entusiasmo. Pastores que, como hermanos y padres, estén dispuestos a ayudar a las familias, pero también a aprender de ellas”.
Asimismo, les ha pedido tener hacia las familias la actitud de paternidad aprendida de San José, “una paternidad hecha de acogida, de fuerza, de obediencia, de trabajo”. Y, al mismo tiempo “ser cada vez más una Iglesia ‘madre’ de las familias, tierna y atenta a sus necesidades, capaz de escuchar, pero también valiente y siempre firme en el Espíritu Santo”.