El Papa: “La pastoral familiar no puede ser una doctrina que no entre en la ‘carne’”

En el quinto aniversario de ‘Amoris laetitia’, Francisco participa en un encuentro virtual en el que relanza la exhortación apostólica

El Papa: “La pastoral familiar no puede ser una doctrina que no entre en la ‘carne’”

“Hoy es necesaria una nueva mirada sobre la familia por parte de la Iglesia: no basta con reafirmar el valor y la importancia de la doctrina, si no nos convertimos en guardianes de la belleza de la familia y si no cuidamos con compasión sus flaquezas y heridas”. Así se expresa Francisco en el mensaje que ha enviado a los participantes en el encuentro online “Nuestro amor diario”, promovido por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, por la Diócesis de Roma y por el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II.



Con el quinto aniversario de la publicación de ‘Amoris Laetitia’ como telón de fondo, el Papa defendió que la exhortación apostólica “ha trazado el inicio de un camino intentando impulsar un nuevo enfoque pastoral de la realidad de la familia”.

La cotidianidad

“Un Evangelio que se proponga como doctrina descendiente de arriba y no entre en la ‘carne’ de esta cotidianidad, correría el riesgo de quedar como una bella teoría y, a veces, de ser vivida como una obligación moral”, les advirtió el Papa.

Desde ahí, compartió las que considera que han de conformar “el corazón de toda pastoral familiar”: la franqueza del anuncio evangélico y la ternura del acompañamiento.

Proyecto de Dios

Así, invitó a promover una pastoral que libere a los matrimonios de “la dictadura de las emociones, la exaltación de lo provisional que desalienta los compromisos para toda la vida, el predominio del individualismo, el miedo a el futuro”. Frente a ello, el Papa presentó el matrimonio “como proyecto de Dios” para ser vivido con “totalidad, fidelidad y gratuidad” abrazando “fracasos, caídas y cambios”.

Para el Papa, “este anuncio no puede ni debe hacerse nunca desde arriba y desde fuera”. El camino, por tanto, sería el de  “el quehacer cotidiano de los esposos y padres”, o lo que es lo mismo, “el contexto concreto en el que se vive el amor diario”.

“Estamos llamados -prosiguió Francisco- a acompañar, a escuchar, a bendecir el camino de las familias; no solo para trazar la dirección, sino para hacer el viaje con ellos; entrar a los hogares con discreción y con amor, decir a los cónyuges: la Iglesia está contigo, el Señor está cerca de ti, queremos ayudarte a conservar el regalo que has recibido”.

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