Francisco: “El mensaje que viene de Knock es el gran valor que tiene el silencio para la fe”

El Papa ha enviado un videomensaje a los fieles con motivo de la celebración por la elevación del templo irlandés a Santuario Internacional de Especial Devoción Eucarística y Mariana

Santuario de Knock, Irlanda

El papa Francisco enviaba ayer, 19 de marzo, un videomensaje a los fieles irlandeses con motivo de la celebración por la elevación del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Knock a Santuario Internacional de Especial Devoción Eucarística y Mariana. Algo que, tal como señalaba el Pontífice, “es una gran responsabilidad”, pues supone “estar siempre con los brazos abiertos como muestra de bienvenida a todo peregrino que viene de todas partes del mundo, sin preguntarle nada, pero solo reconociéndolo como un hermano y una hermana que desea compartir la misma experiencia de oración en la comunidad hermandad”.



De esta manera, “la acogida se combina con la caridad y se convierte en testimonio eficaz de un corazón que se abre para recibir la Palabra de Dios y la gracia del Espíritu Santo que da fuerza”, ha aseverado el Papa. Asimismo, ha subrayado que “el mensaje que viene de Knock es el gran valor que tiene el silencio para la fe”.

“Desde la aparición del 21 de agosto de 1879, cuando la Santísima Virgen María se apareció a algunos de los habitantes de Knock junto con San José y San Juan Apóstol, los irlandeses han expresado su devoción dondequiera que vinieron”, ha recordado Francisco. “Habéis sido un pueblo de misioneros”.

Silencio ante el misterio

“Los brazos de la Virgen en posición de oración son todavía hoy ejemplo de cuán fundamental es la vida de oración, que llega como mensaje de esperanza desde este Santuario”, ha continuado el Papa. Y es que “en la aparición de Knock la Virgen no pronuncia una palabra”. Sin embargo, “incluso su silencio es un lenguaje”, ha dicho. “El mensaje que viene de Knock es el gran valor que tiene el silencio para la fe”.

De hecho, este silencio ante el misterio, “no significa renunciar a la comprensión, sino a la comprensión sostenida y ayudada por el misterio del amor de Jesús que se ofreció por todos nosotros como Cordero sacrificado por la salvación de la humanidad”. En definitiva, “el silencio ante el gran misterio del amor, que no encuentra otra posibilidad de respuesta que la de abandonarse con confianza a la voluntad del Padre misericordioso”.

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