“Para ser buenos cristianos debemos ser honrados ciudadanos”. Fueron las palabras del arzobispo emérito de Sevilla, el cardenal Carlos Amigo, durante fue el pregón de apertura de la Semana Santa madrileña que tuvo lugar ayer, 20 de marzo, haciendo referencia a las restricciones para contener la pandemia del Covid-19 y que han afectado especialmente a las celebraciones de Semana Santa.
Y es que, tal y como se acordó en una reunión entre el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y los representantes de las cofradías y hermandades de Madrid, este año se han suspendido las procesiones de Semana Santa para evitar aglomeraciones ante la actual situación epidemiológica.
Aun así, las hermandades y cofradías expondrán las imágenes de sus titulares en los templos donde tienen sede desde el Sábado de Pasión, 27 de marzo, hasta el Sábado Santo, 3 de abril. Del mismo modo, se mantendrán los actos litúrgicos y se unirán a las celebraciones de la Semana Santa de la diócesis, que en todo caso se celebrarán según las pautas de las autoridades sanitarias.
No amar la copia, sino el original representado
“Aquí y ahora, pondremos gratitud en la celebración de ayer y viviremos la de hoy con fe y devoción”, dijo el purpurado, con “normas que hemos de acatar”. Del mismo modo, aseveró que “la Semana Santa enlaza con la Buena Noticia de la Pasión, Muerte y Resurrección” y que “un cristiano se une a los sentimientos de Cristo y quiere identificarse con Él”.
Carlos Amigo se detuvo en las distintas hermandades y cofradías de Madrid, agradeciendo “cómo cuidan las celebraciones”, y señalando que “no podemos separar el altar del templo de la mesa diaria de la convivencia de nuestra ciudad”. Frente a quien se queda en el “adorno” sin “ahondar en la fe”, ha reivindicado el papel de la imagen que “se mete por los ojos y llega al corazón”.
“Lo que se ama no es la copia, sino el original representado”, subrayó el purpurado. “El hombre que contempla la imagen debe transformarse en Cristo“, porque “la imagen hace que llegue el sonido de la Palabra y la Palabra convierte el corazón”, añadió el cardenal. En este sentido, recordó además que “la Semana Santa hay que vivirla con todos los sentidos”, encontrándose con el Señor.