Francisco ha reflexionado sobre la realidad de que “el verdadero símbolo del cristianismo es la cruz”
Desde la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, el papa Francisco ha rezado el ángelus como cada domingo. Una oración, cercana ya a la Semana Santa, en la que ha hecho hincapié en que, siguiendo el ejemplo de Jesús, la “la gran responsabilidad de los cristianos es dar testimonio con una vida de servicio”.
Y es que, partiendo del evangelio de hoy, en el que unos griegos quieren ver a Jesús, Francisco ha reflexionado en que la respuesta de Jesús a esta petición revela que, para “todo aquel que quiera buscarlo, es la semilla escondida lista para morir y dar mucho fruto. Como si dijera: si quieres conocerme y comprenderme, mira el grano de trigo que muere en la tierra, mira la cruz”.
De esta manera, Francisco ha señalado que la cruz “a lo largo de los siglos se ha convertido en el emblema por excelencia de los cristianos“. Por eso, quien aun hoy quiere “ver a Jesús”, la cruz es lo primero que ve. Pero “lo importante es que el signo sea coherente con el evangelio: la cruz sólo puede expresar amor, servicio, entrega sin reservas: sólo así es verdaderamente el ‘árbol de la vida’, de la vida sobreabundante”.
“Incluso hoy en día”, ha continuado el Papa, “mucha gente, a veces sin decirlo implícitamente, quisiera ‘ver a Jesús’, encontrarlo, conocerlo”. Y es en ese sentido que la “gran responsabilidad de los cristianos y de sus comunidades es responder” a esa petición de ver a Jesús “con el testimonio de una vida que se entrega al servicio”.
“Se trata de sembrar semillas de amor no con palabras que se vayan volando, sino con ejemplos concretos, sencillos y valientes”, ha señalado Francisco. “No con condenas de odio, sino con gestos de amor”. De esta manera, “el Señor, con su gracia, nos hace dar fruto, incluso cuando el suelo es árido por incomprensiones, dificultades o persecuciones. En ese momento, en la prueba y en la soledad, mientras muere la semilla, es el momento en que brota la vida, para producir frutos maduros en su momento. Es en esta trama de la muerte y la vida que podemos experimentar la alegría y la verdadera fecundidad del amor”.
Después del ángelus, Francisco ha señalado que “hoy se celebra la memoria por las víctimas inocentes de las mafias. Existen en todas partes del mundo, y ahora, con la pandemia, se están enriqueciendo”. Asimismo, ha recordado que mañana se celebra la Jornada Mundial del Agua. “Para nosotros, los creyentes, la hermana agua no es una mercancía, es un símbolo universal de fuente de vida y de salud”, ha aseverado.