La Orden de las Comendadoras de Santiago es ya un miembro más de la familia agustina recoleta. Y es que la presidenta federal de la Orden, sor Lucía Girón, y el prior general de los Agustinos Recoletos, Miguel Miró, han firmado los estatutos de asociación de la Federación a la Orden de Agustinos Recoletos. Lo han hecho en un sencillo e íntimo acto celebrado en el Convento de las Comendadoras de Santiago de Madrid, en el que estaban presentes los dos superiores generales, junto a varias religiosas y su asistente espiritual agustino recoleto, sellando así los estatutos aprobados por la Congregación de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA), con un plazo inicial de cinco años.
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La asociación de la Orden comendadora y de los agustinos recoletos se fundamenta en tres aspectos: la ayuda espiritual mutua, la formación inicial y permanente, y el fomento de las vocaciones. De esta manera, las monjas tendrán presente en sus oraciones a los religiosos, y podrán recibir de ellos la atención espiritual en cualquiera de los monasterios de la federación. Asimismo, la Orden de Agustinos Recoletos, entre otros ámbitos, prestará especial atención a la formación integral de las monjas y ayudarán en dar a conocer el carisma contemplativo de las Comendadoras.
En el documento firmado se especifica que la relación sellada no produce ningún efecto de dependencia jurídica de los monasterios a la Orden de Agustinos Recoletos. Las Comendadoras seguirán manteniendo su autonomía, pues la asociación estrecha vínculos en lo espiritual, fomentando la comunión y la caridad.
Un vínculo histórico
La vinculación se ha producido para dar respuesta a las disposiciones del documento Cor Orans, publicado por la CIVCSVA en abril de 2018. El 5 de agosto de 2019, la misma Congregación de la Santa Sede emitió el decreto de asociación de las dos órdenes, aceptando así la petición que meses antes había realizado la presidenta federal de las Comendadoras. Desde ese momento se comenzó a trabajar en la redacción del estatuto de asociación, cuya firma ha sido aplazada en el tiempo por la pandemia de Covid-19.
El deseo de asociación de las Comendadoras a los agustinos recoletos viene motivado por la Regla de San Agustín, que las comendadoras viven desde su fundación en el siglo XII, y por la estrecha relación que mantienen con los religiosos. Desde hace varios años, sacerdotes de la Orden de Agustinos Recoletos han sido asistentes espirituales de la Federación de monasterios. Especialmente en Granada mantienen un histórico vínculo.
“Es un momento muy importante”
Para las religiosas, este convenio es “una gran alegría”. “Es un momento muy importante para nuestra Orden porque vamos a sentirnos muy acompañados”, dijo sor Lucía Girón. La presidenta federal afirmó que se sienten “muy agustinianas” por su contemplación de la Regla de San Agustín. Aseguró que la asociación es “una ventaja”, especialmente espiritual.
Para el prior general de la Orden de Agustinos Recoletos, esta relación es “una ayuda mutua, pues juntamos nuestros esfuerzos en la oración”. Miguel Miró indicó que la misión de las dos órdenes es la misma: “Construir Iglesia y vivir en la Iglesia”. Esta asociación tiene “una proyección apostólica y espiritual”, amparada sobre todo por la vivencia de la regla agustiniana “que nos une”. Aseguró que la asociación es “un apoyo de la Orden” para que las religiosas vivan más intensamente su carisma, pero manteniendo su autonomía jurídica.
Expansión de la fe
El primer monasterio de las Comendadoras de Santiago fue fundado en 1186, donde surgieron como una rama femenina de la Orden militar de los Caballeros de Santiago, cuyo objetivo era la propagación de la fe en la tierra. Su fin principal es la oración contemplativa, aunque en su origen se hacían cargo también de la educación de los hijos de los Caballeros de Santiago y del cuidado de sus familias.
Por la vivencia de su Regla, San Agustín es uno de los santos más queridos por las monjas, así como el apóstol Santiago, el patrón de su Orden. Actualmente cuentan con tres conventos: Granada, Madrid y Toledo. De ellos dependen otras comunidades religiosas en India y Guinea.
Las monjas han guardado desde sus inicios una gran relación con la familia real española. Su primer monasterio fue fundado en Palencia por Alfonso VIII de Castilla. Durante la reconquista, los Reyes Católicos pidieron su oración para el triunfo de las batallas y les ayudaron en su expansión en España. Actualmente, el rey Felipe VI es Maestre de la Orden.