Vaticano

Los niños, portavoces de los crucificados del mundo en el Via Crucis del Papa

Los componentes del Grupo Scout Agesci Foligno I  en Umbría y los catequizandos de la parroquia romana de los Santos Mártires de Uganda escriben las meditaciones de noche del Viernes Santo





Un año más el Coliseo no será el escenario del tradicional Via Crucis de la noche del Viernes Santo de la Semana Santa 2021 de Francisco. La pandemia obliga a que nuevamente sea la Plaza de San Pedro en el marco en el que contemplar el camino de Jesús hacia el Calvario, pero esta vez gracias a la mirada de los niños. El papa Francisco, según ha informado el portavoz vaticano, Matteo Bruni, ha encomendado las meditaciones a los componentes del  Grupo Scout Agesci Foligno I (Umbria) y a la parroquia romana de los Santos Mártires de Uganda. Un acto que se celebrará a las 21:00 h. (hora de Roma) y con un público muy limitado y que se podrá seguir desde VidaNuevaDigital.com a través del espacio #VidaNuevaParaTodos.



Las cruces cotidianas

Varios niños y jóvenes, de entre 3 y 19 años, mostrarán experiencias cotidianas a la vez que acompañan el rezo del Via Crucis. Es lo que han querido plasmas los componentes del Grupo Scout Agesci denominado Foligno I, el primero de los grupos de esa población de la región italiana de Umbria. Este grupo de exploradores está formado por 21 educadores y 145 chicos y chicas, de entre 8 y 19 años y pertenece al movimiento de grupos scout católicos de la zona. Foligno se encuentra a menos de 20 kilómetros de Asís.

Las palabras y los colores devuelven la complejidad de un mundo hecho de pequeñas y grandes cruces, pero también de confianza y esperanza en el futuro: los que ven a sus padres pelearse; los que no tienen fuerzas para defender a un amigo en dificultades; los que experimentan la sensación de fracaso por un examen que les sale mal en la escuela; los que encuentran coraje en el abrazo tranquilizador de una madre; los que experimentan la soledad, sobre todo después de la propagación de la pandemia de Covid-19; y los que consiguen ver el rostro de Jesús en los rasgos de un desconocido” se recoge en la presentación que ha trascendido del Vaticano.

Catequesis y discapacidad

En las meditaciones también se recogerán las aportación de los más de 500 niños y jóvenes de los grupos de Primera Comunión y Confirmación de la parroquia romana de los Santos Mártires de Uganda. Una comunidad parroquial situada al sur de la ciudad, en el barrio Adreatino a pocos pasos del parque de las Tre Fontane y la basílica de San Pablo de Extramuros en la que desde hace tiempo se lleva a cabo una experiencia de catequesis para y con personas con discapacidad que es de referencia en toda la diócesis de Roma. La preparación de estas meditaciones ha sido una proeza ya que se han realizado fundamentalmente mediante encuentros on line.

Una de las muchas propuestas impulsadas por el párroco Luigi D’Errico. Desde la parroquia también se sostiene la casa de familia “Refugio para Agar” dedicada a las mujeres y niños que son víctimas de maltratos y la “Casa Belén” para la acogida de familias. Además, se atiende a las personas sin hogar que viven en distintos terrenos ocupados en torno al viale Caravaggio.

Los dibujos de los niños

La realización televisiva, fundamental en un acto tan reducido para el público por las limitaciones a la movilidad debido a la pandemia sanitaria también ayudará a la contemplación. El Vaticano ha informado que las diferentes estaciones del Via Crucis contarán no solo con las palabras de los más pequeños sino también con sus dibujos.

En las diferentes estaciones se proyectaran dibujos realizados por niños y jóvenes de la casas familiares Mater Divini Amoris y Tetto Casal Fattoria. Estas dos entidades están situadas también en Roma. La primera de ellas está regida por las Hijas de Nuestra Señora del Divino Amor, congregación fundada por el sacerdote Umberto Terenzi. En la casa Mater Divini Amoris”, situada cerca del santuario del mismo nombre –visitado por Francisco y a cuyo párroco, Enrico Feroci, ha hecho cardenal elevando a diaconía el propio templo–, hay en estos momentos acogidos 8 niños, de entre 3 y 8 años.

El Tetto Casal Fattoria” abrió sus puertas en 1984 en la periferia sur de Roma para atender a niños y jóvenes gracias al empeño de un grupo de voluntarios. Desde 2019 se ha convertido en una cooperativa social, según recoge la Agencia SIR. Además de la acogida, la entidad ofrece proyectos de asistencia, apoyo, formación profesional y cultural, con el objetivo de acompañar a los niños y jóvenes en el crecimiento y la construcción de un proyecto de vida. En la casa de familia se acogen a niños desde 4 años hasta la mayoría de edad.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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