“Una bendición no es una recompensa por el buen comportamiento, sino una solicitud de protección”, afirma el arzobispo de Viena, que entra en el debate sobre el ‘no’ del Vaticano a las bendiciones de parejas homosexuales
El cardenal Christoph Schönborn entra de lleno en el debate sobre las bendiciones a parejas del mismo sexo tras el rotundo ‘no’ de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El arzobispo de Viena afirma, en contraposición al ‘responsum’ emitido por el Vaticano, que no puede negar una bendición a unos novios homosexuales si se hace desde la sinceridad, porque “una bendición no es una recompensa por el buen comportamiento, sino una solicitud de protección”.
“La legítima preocupación de Doctrina de la Fe es que en una celebración de bendición no dé la impresión de que se está contrayendo un matrimonio sacramental”, reconoce el religioso dominico. “Si la petición no es un espectáculo, si es sincera y es verdaderamente la petición de la bendición de Dios para una vida que dos personas, en cualquier situación, estén tratando de llevar, entonces no se les negará”, recalca, para luego agregar: “Esto merece una bendición, pero debemos reflexionar detenidamente sobre la forma correcta de expresión”.
En una entrevista publicada en el semanario diocesano de Viena, Der Sonntag, el purpurado –uno de los padres de la exhortación postsinodal ‘Amoris laetitia’, que acaba de cumplir cinco años– señala que la declaración de Doctrina de la Fe no es una buena noticia, porque “el mensaje que ha quedado es un ‘no’, y esto hiere profundamente a muchas personas”.
Así, Schönborn acude a un ejemplo de su propia vida para explicar su posición. “Muchas madres bendicen a sus hijos. Mi madre todavía lo hace hoy. No salgo de casa sin que ella me bendiga. Una madre no rechazará la bendición, incluso si su hijo o hija tiene problemas en la vida. Al contrario”, indica. Por eso, “este ‘no’ provoca que muchos se pregunten: ‘Madre, ¿no tienes una bendición para mí? Yo también soy tu hijo, después de todo'”, sostiene.
“La Iglesia es ‘Mater et Magistra’, como se dice tradicionalmente, Madre y Maestra: debe enseñar, pero ante todo es madre”, agrega, para luego insistir en que hay muchos homosexuales creyentes que se hacen la misma pregunta: “¿Es la Iglesia una madre para nosotros?”. “Siguen siendo hijos de Dios, también quieren ver a la Iglesia como madre”, sin embargo, “se sienten rechazados por la Iglesia”, subraya.
En este mismo sentido, Schönborn concluye su argumentación recordando todas las bendiciones que le piden en el día a día. “A veces incluso me pasa en la calle que la gente me pide una bendición. Entonces, por supuesto, no pregunto primero por sus condiciones de vida y su situación, pero me gusta darles esta bendición”, concluye.