España

Las tres tentaciones y cuatro profecías de Luis Ángel de las Heras para el futuro de la Vida Consagrada

El presidente de la Comisión para la Vida Consagrada de la CEE ha insistido en dejar atrás “la nostalgia del pasado” en el coloquio online de conmemoración del 25 aniversario de la exhortación apostólica ‘Vita consecrata’





Tres tentaciones a evitar y cuatro profecías de belleza han sido el objeto de reflexión de Luis Ángel de las Heras, presidente de la Comisión para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española, durante su intervención en el coloquio online de conmemoración del 25 aniversario de la exhortación apostólica ‘Vita consecrata’.



Tres tentaciones a evitar

1. Nostalgia de una vida consagrada anterior. El obispo de León ha señalado que, a veces, se tiende a añorar una vida consagrada “con sus grandes números de vocaciones y con unos estilos formativos en los que cada cual reivindicaba lo suyo como lo mejor”. Sin embargo, ha subrayado que “el pasado hay que mirarlo con gratitud, pero el futuro es el tiempo de Dios. Hay que vivir el presente con la pasión de los enamorados de Dios, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia”.

2. Pensar en los números. “Hay que evitar valorar la vida consagrada según sus números y obras”, ha aseverado.

3. La autorreferencialidad. “Como nos avisa Evangelii Gaudium”, ha dicho de las Heras, “la vida generosa, con Cristo en el centro, es lo que fortalece la Vida Consagrada”. De este modo, “salir de nosotros mismos nos da vida, mientras que encerrarnos en nuestras preocupaciones autorreferenciales nos asfixia”.

Cuatro profecías de la belleza

1. Volver al amor primero, es decir, el obispo ha animado a regresar a los “orígenes carismáticos, al impulso de nuestros fundadores y al impulso de nuestra vocación”.

2. Mirar a Dios a través de los ojos de los pobres, los pequeños de este mundo. “Tanto porque a los pobres siempre les tenemos con nosotros como porque un rico, un satisfecho de sí mismo, no tiene fácil entrada en el reino de los cielos”, ha aseverado. “La vida consagrada siempre ha estado y ha de mantenerse en las periferias existenciales. Las manos de la vida consagrada, manchadas en las heridas y la suciedad del mundo son de una admirable y extraordinaria belleza, además de profecía de esperanza”.

3. La dignidad de la mujer consagrada. “Hay que avanzar más en el papel consagrada”, ha dicho el prelado. “El documento de Juan Pablo II abre la puerta para eliminar visiones unilaterales. Pero aun queda mucho camino, y es camino de futuro”.

4. La fraternidad. Es, para de las Heras, “costosa pero posible, necesaria en estos tiempos”. Es, además, “mirada de futuro mantener esa vida fraterna en la diversidad. Personas expertas en comunión y diversidad podemos ofrecer luz en el camino de la fraternidad universal. Es una responsabilidad que nos pide generosidad”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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