La Dimensión Episcopal de Pastoral de la Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano denunció que el optimismo generado por las nuevas políticas migratorias del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha provocado un “embotellamiento de migrantes” en la frontera norte del país.
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A través de un comunicado, José Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez y responsable de esta dimensión, aseguró que la población migrante, esperanzada en poder entrar pronto a la Unión Americana, se está movilizando desde distintos países, especialmente de Centroamérica y México.
Debido al embotellamiento humano, muchos migrantes están optando por intentar pasar de manera ilegal, pero son detenidos y retornados de manera inmediata a México, “sin el debido proceso, sin importar su nacionalidad y sus necesidades de protección internacional”.
Tráfico de personas, en aumento
Desde la Pastoral de Movilidad Humana también se percibe en México un constante aumento de la violencia, inseguridad, tráfico y trata de personas, lo cual está generando el desplazamiento de numerosas familias mexicanas, especialmente de los pueblos originarios de Chiapas y Guerrero, esperando encontrar asilo en Estados Unidos.
En este contexto –explica Torres Campos–, aprovechando los anuncios del gobierno norteamericano de regularizar la migración, los traficantes de personas están engañando a los migrantes, asegurándoles que sí pueden entrar a Estados Unidos y solicitar asilo; esa es la estrategia que usan.
De esta manera –apunta– consiguen más clientes, “por los cuales cobran altas sumas de dinero y muchas veces los dejan tirados en la frontera o los ponen en manos del crimen organizado”.
Pero no sólo ha sido la violencia y la inseguridad lo que ha favorecido el incremento del tráfico de personas, sino también, de acuerdo con el obispo, “las políticas de persecución, detención, deportación y represión de la migración implementadas por el gobierno de México.
“Se constata el aumento de la presencia de coyotes y halcones que buscan captar migrantes para su negocio o para secuestrarlos“.
Crece la deshumanización
El obispo de Ciudad Juárez también asegura que existe una deshumanización de las tareas de los agentes de migración: hostilidad, indiferencia e indolencia hacia las personas migrantes.
Además, son las casas de migrantes de la Iglesia católica las que han asumido la tarea de albergar a menores no acompañados o a familias con menores, “aun con las dificultades y sin ningún apoyo por parte del gobierno federal quien tiene la responsabilidad directa”.
Un llamado a guardar la calma
Ante esta situación, José Guadalupe Torres Campos hace un llamado a la población que está pensando en emigrar para que esperen, pues “el embotellamiento en la frontera norte es muy fuerte por el elevado número de personas en espera, especialmente los que se encontraban en un proceso de solicitud de asilo bajo el Protocolo de Protección a Migrantes”.
Además -dijo- debido a las dificultades, limitaciones y medidas sanitarias que los albergues han debido implementar, los espacios disponibles están agotados, lo cual facilita que los migrantes caigan en manos de secuestradores.
El arzobispo de Ciudad Juárez coincide en que se debe ver con optimismo las nuevas políticas migratorias que está implementando el actual gobierno de los Estados Unidos, pero –dijo– sabemos que estos procesos llevan tiempo; “confiamos en la buena voluntad y esperamos que los legisladores faciliten la implementación de las políticas propuestas por el presidente Joe Biden”.