La periodista perteneciente a la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal es la pregonera de la Semana Santa de Barbastro-Monzón
“Las restricciones establecidas por la evolución de la pandemia, nos lleva a poner en práctica más que nunca la ‘creatividad del amor’”. Esta fue la invitación que lanzó la periodista Cristina del Olmo el pasado sábado por la tarde a todos los cofrades de la diócesis de Barbastro-Monzón para esta Semana Santa 2021.
Elegida como pregonera de la Semana Santa de la diócesis aragonesa para 2020, el coronavirus obligó a suspender el año pasado el acto. Y en esta ocasión, a pesar de no poderse celebrar procesión alguna, sí se ha mantenido el pregón. Un arranque a los actos de la piedad popular en torno a la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor que tuvo que realizarse de manera telemática.
Así, la periodista perteneciente a la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal entonó su pregón desde el ambón de la parroquia Santa María la Antigua, en Vicálvaro, donde es feligresa. Desde allí, tuvo un primer recuerdo para todos los que “habéis perdido a un familiar, que estáis pasando por situaciones duras por falta de trabajo, de soledad o de enfermedad”. Desde Barbastro, le escuchaban, entre otros, el obispo Ángel Pérez Pueyo, el presidente de la Junta coordinadora de Cofradías, Silvia Peropadre, junto a otras autoridades y entidades locales.
“¡Cuántas miradas sanadoras en este tiempo de Covid! ¡Cuántas miradas han expresado el amor ante tanto dolor!”, compartió Del Olmo, deteniéndose en la imagen de la Piedad, de la Madre contemplando a su Hijo fallecido. “En María y Jesús se hace humano el amor. El amor concreto. Nadie puede vivir sin rostros a quien amar. El amor se concreta en la madre, el padre, el hijo, en los hermanos, en cada uno de nosotros mirando al otro. Reconociendo que todos somos hermanos, hijos del mismo Padre”, apuntó.
Desde ahí, invitó a los cofrades a dejarse “sostener por María en este momento donde cada uno de nosotros ha experimentado la soledad de no ver a nuestros seres queridos, la enfermedad propia o ajena, la imposibilidad de acompañar a nuestros mayores o despedirnos de nuestros muertos”.
Con la mirada puesta en la realidad social, hizo un llamamiento a abuelos, padres e hijos para “remar en una misma dirección” con el fin de “construir una sociedad habitable, en volver a lo esencial, en estar cerca del que sufre, en colocar en el centro al Señor, por encima de todas las cosas”.
En relación a las imágenes que, por segundo año, se quedan sin salir a las calles, explicó que “no son solo arte y belleza para atraer al turismo”. “En ellos está representada nuestra vida. El Evangelio habla de ti, te habla a ti, a mí. A cada uno con nuestra historia particular, con nuestra vida, que solo será plena en el encuentro con el frágil, con el que reclama ayuda sin pedirla”, subrayó.
Por eso, invitó a todos los que de una manera se sienten interpelados en estos días, a que “seamos apóstoles de calle, capaces de anunciar al Dios vivo, al que camina con nosotros”. “Seamos apóstoles que alegren la vida al prójimo”, concluyó la pregonera 2021 de la Semana Santa de Barbastro-Monzón.