El secretario de Ratzinger percibe “una profunda crisis” en la Iglesia, con “una seria disidencia interna como no ha habido durante siglos”
Georg Gänswein, el secretario personal de Benedicto XVI y la persona más cercana a él en su retiro en Mater Ecclesiae, ha vuelto a realizar unas declaraciones sorprendentes sobre el papa emérito. Lo ha hecho en su intervención en un congreso organizado por el Instituto de Religiosidad en Psiquiatría y Psicoterapia de Viena. En su intervención por videoconferencia, recogida por el diario ‘Die Tagespot’, ha reconocido que, cuanto Ratzinger presentó su renuncia, el 11 de febrero de 2013, parecía “como si solo le quedaran unos meses” de vida. En cambio, ocho años después, es obvio que “todo ha resultado muy diferente”.
Gänswein, quien confiesa que Benedicto XVI ha llegado a ser para él en estos últimos años como “un nuevo padre”, teniendo “una familiaridad” de la que no habían podido disfrutar cuando el pontífice emérito estaba en ejercicio, se muestra preocupado por la situación actual de la Iglesia: “Se encuentra en una profunda crisis, con una seria disidencia interna como no ha habido durante siglos”.
Un fenómeno que aprecia especialmente en su tierra natal, donde, ante todos los debates presentes en una Iglesia inmersa en un camino sinodal, pareciera como si hoy se pudieran esperar “respuestas diferentes de cada obispo en Alemania”.
Consciente de que “en la iglesia siempre ha habido santos y criminales al mismo tiempo”, conviviendo en una misma época “la Madre Teresa y el cardenal McCarrick”, para Gänswein no siempre es evidente la clarividencia a la hora de que los primeros sepan que están ante los segundos: como le ocurrió “a san Juan Pablo II, que no reconoció al abusador Marcial Marciel”. Y es que “los santos no son magos”…