En un paso más en el camino emprendido hace dos años por el Ejecutivo de Sudán y distintos grupos rebeldes que llevaban enfrentándose desde 2011 en una cruenta guerra civil, apostando por la conformación de un Gobierno de unidad nacional, ayer, domingo 28 de marzo, el presidente del Consejo Soberano, Abdelfatá al Burhan, y el líder del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán del Norte, Abdel-Aziz al Hilu, firmaron un acuerdo para constituir a Sudán como “un estado civil, democrático y federal”.
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
En el pacto, difundido por ‘Sudan Tribune’, la base del nuevo Estado sudanés la marca una apuesta clara por la laicidad y la aconfesionalidad. “No se impondrá –se establece– ninguna religión a nadie y el Estado no adoptará ninguna religión oficial”. Además, “será imparcial en cuanto a cuestiones religiosas y de fe y conciencia”.
Factor religioso, clave
El factor religioso ha sido clave en el conflicto, pues Sudán es un país de amplia mayoría islámica y, desde el sur, diferentes facciones étnicas y religiosas de confesión cristiana siempre han visto con recelo toda propuesta de paz proveniente de la capital, Juba. De hecho, tras el último gran acuerdo entre el Gobierno y varios grupos rebeldes para establecer un Ejecutivo de concentración nacional, el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán del Norte no lo ratificó por su exigencia de que la ‘sharia’ islámica quedara completamente excluida de la nueva Constitución.
Ahora, esta apuesta por la laicidad y la aconfesionalidad parecen marcar la salida definitiva al conflicto. Además, el pacto firmado ayer en Juba establece que los miembros del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán del Norte se integrarán en el ejército nacional. No es menos importante el que se fije un modelo federal, respetando las diversidades territoriales en las distintas regiones del país.